Amigo escritor, sé que puedes tener algunas manías en tu día a día. Entiendo también tu sed de reconocimiento y el anhelo porque tu trabajo se convierta en la obra de cabecera en nuestras estanterías. De verdad que me pongo en tu lugar e intento comprender. Lo que pasa es que en tu obsesión desesperada por hacer el próximo bestseller estás agotando la paciencia de los seguidores.

Permíteme que te diga que has llegado a ser lo más parecido a un robot o bot (que, por cierto, tanto usas) y has vendido por entero tu personalidad a cambio del halago fácil y de hornadas de fans que automáticamente te siguen sin conocerte y (voy más lejos) sin ni siquiera leerte.

El camino rápido y fácil que has tomado no siempre es la mejor alternativa. Por lo que voy a intentar convencerte de una redención a tiempo para que no seas un motivo de irritación en tus seguidores.

Formas de molestar a nuestros seguidores

Clásicas formas de molestar a nuestros seguidores

Si llegado a este punto todavía no te das por aludido y crees que no eres molesto, voy a emplearme a fondo para que conozcas in situ lo que más repele a los lectores. El examen de conciencia será inevitable que lo hagas después.

 

1. El escaparatismo diario

No quiero cuestionar que tengas una vida de lo más interesante. Afortunado, tú, que siempre tienes algo que contar o que incluso te empeñas en compartir lo más banal entre los seguidores para hacerlo relevante.

Créeme que no busco ser crítica (aunque abiertamente lo esté siendo), pero el ir a la compra o contemplar un cielo azul puede quedarse para nuestro fuero interno o disfrute personal. No compartas todo: alegrías, penas, tu día a día o desengaños amorosos. Recuerda que tu página profesional de escritor o redes sociales no son ningún consultorio ni guion de telenovela.

Mantén un halo de misterio, tu parcela personal; eso siempre te hará parecer mucho más cautivador.

 

2. El obseso de su libro

De acuerdo que has escrito un libro. Me quedó claro cuando lo vi en letras fosforitas e intermitentes en el banner publicitario de tu blog. Pero por si tenía alguna duda, me llegó una respuesta automática (¡casualidad!) cuando comencé a seguirte también en Twitter y esta se repitió modo martirio en el resto de redes sociales existentes.

La promoción de tu libro iba tan lejos que hasta se me aparecía en sueños de tanto verla en todas partes. Entonces dejaste de aportar contenidos de interés para anunciar precios y descuentos a los seguidores y en ese bucle te has quedado estancado hasta ahora.

Es molesto a más no poder ese bombardeo diario. No seas tan comercial y piensa más en los seguidores.

 

3. Un guion predecible

Quiero pensar que por desconocimiento (mucho mejor que por vaguería) utilizas una misma fórmula de texto para todas tus vías sin distinción. No importa si se tiene que ajustar a 140 caracteres o si estás respondiendo en un comentario de una página exclusiva para escritores. Tú, fiel a tu estilo, pondrás lo mismo en todos los canales.

Y esa falta de delicadeza (dejadez) la notan de lejos los seguidores. Por lo que no temas en explicar de qué va el artículo o escrito y adapta lenguaje, contenido y estilo según las ocasiones. A partir de este cambio, te aseguro que los usuarios comenzarán a sentirse especiales.

 

4. Sentar cátedra siempre

Ante un posible endiosamiento por cosechar éxito en tus artículos, te diré desde ya que pises el freno. Grábatelo a fuego o tatúatelo si es preciso, pero nunca olvides que un seguidor no soporta al escritor enciclopedia.

No aproveches las redes sociales o cualquier espacio para hacer una tertulia fácil en la que siempre que hables parezca que tus respuestas son palabra divina. Una cosa bien distinta es que des las gracias a tiempo o resuelvas dudas en los usuarios. Pero recrearse en diálogos interminables a los que todos tienen acceso (por desgracia) es sencillamente insoportable.

Utiliza los medios directos para hablar de algún tema de forma más extendida con algún esporádico seguidor. De verdad que no es necesario que todos veamos tanta sabiduría.

 

5. El adicto al retuit

Con el objetivo puesto en aumentar seguidores a cualquier precio te has afianzado en una práctica de lo más molesta: retuitear sin criterio. Sí, cuando todo para ti es susceptible de ser compartido entre los usuarios y tu dedo siempre está preparado en el botón de reenvío, siento decirte que te habrás convertido en el tonto del retuit.

Este mal te lleva a comunicar sin detenerte a leer y mucho menos forjar una opinión. Es una adicción que destierra al buen material y que resta siempre calidad. Haz, por favor, curación de contenido. Tus seguidores seguro que lo agradecerán.

 

6. Colgarse medallas ajenas

Bajo este epígrafe nos encontramos con la forma por excelencia que más rabia da a los seguidores. Y es que puede que tengas un libro maravilloso, seas toda una autoridad en las redes sociales y tus artículos generen siempre opinión, pero no por ello tienes derecho a adueñarte de citas o contenido que pertenezcan a otros.

No hay cosa más imperdonable que hacer pasar por tuyo un artículo que no te pertenece. No caigas en esa tentación por aumentar las interacciones y SIEMPRE menciona al creador del contenido.

 

7. No pensar en las personas

Para terminar este vapuleo mental te diré que estamos en una etapa en la que es fácil que todo esté automatizado, pero el trato directo siempre ocupará un lugar preferente.

Intenta no convertirte en un robot que abusa de textos programados y apuesta por dar personalidad a tu perfil. Elimina de la faz de la tierra las aplicaciones que publican como posesas los seguidores que a diario te dejan de seguir (a nadie le interesa) y piensa mucho más en personas que en números. Al final esa es la fórmula universal que en realidad valoran los seguidores.

Formas de molestar a nuestros seguidores

Nuestra pregunta

¿Sabes más prácticas para molestar a nuestros seguidores?

Author

30 años. Periodista y escritora de vocación. Cofundadora de La vida de color caoba, un espacio perfecto para que las letras e ilustraciones bailen en armonía. Escribir es una forma de vida, ver el mundo con detalle para poder enseñárselo a los demás.

3 Comments

  1. Javi Kororo Reply

    Últimamente me imagino a la gente de Twitter y Facebook como personas anuncio. Me recuerdan al afilador y al tapicero gritando como locos, como si ellos mismos no odiaran la publicidad constante. Buen artículo, buenas pistas para no ser un spamer cansino. Mucha gente debería leerse esto y aplicárselo, pero creo que estamos en un mundo de sordos que quieren ser escuchados, así que eso:

    «El afilador ha llegado a su localidad».

    • Me ha encantado tu semejanza del típico spamer con el afilador que te despierta por las mañanas. Será genial el día en el que entremos a Twitter y Facebook y no nos acosen solo con promociones de libros. Todavía queda esperanza 😉
      ¡Gracias por tu comentario y gran semejanza!

  2. Buenas recomendaciones, la verdad, últimamente es muy típico encontrar esta clase de abuso de las redes slciales para spamear y promocionarse insistentemente, casi obligandote a leer y a alavar historias que quizá ni te interesan. Lo malo de esta clase de dinámica es que te acostumbras a ello y muchas veces te ves arrastrad@ a actuar de cierta forma por normalización, retwiteas más, pones de nuevo ese enlace a ver si alguien más lo ve… En las redes sociales nos volvemos un poco adictos a recivir la atención de los demás, incluso si al principio no te importa. En definitiva, hay que aprender a moderarse y probablemente estas ideas ayuden a much@s a echar un poco el freno xP Buen artículo.

    .KATTY.
    @Musajue

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