Hoy inauguramos la sección de análisis de obras literarias. Este análisis puede contener spoilers y siempre se disfrutará más si se ha leído la obra que comentamos.
La historia, que no está traducida al español pero sí al inglés, está narrada por una mujer que vivió en primera persona la caza humana Mühlviertel Hasenjagd.
Februarschatten está dividida en 17 capítulos en los que se se cuenta, de manera fragmentaria, este suceso a partir de la vida de la protagonista, Hilde. A través de recuerdos de su infancia, reflexiones y comentarios sobre su familia veremos que están marcados por la desgracia y la culpa.
La novela es muy importante en la literatura de los años 80. Habla de un tema muy tabú en la sociedad alemana y austriaca de aquella época. Februarschatten crea controversia entre las generaciones mayores y las jóvenes.
Contexto histórico
Esta historia se basa en un hecho verídico, sucedido en el año 1945 en un pueblo austriaco. El 2 de febrero de ese año, 419 oficiales soviéticos se escapan del campo de concentración de Mathausen. Esta fuga provoca una caza humana llamada Mühlviertel Hasenjagd, en la que muchos de esos prisioneros murieron debido al frío, otros por el cansancio y la fatiga.
Los pocos que sobrevivieron, fueron capturados, devueltos al campo de concentración y ejecutados. Los habitantes de aquel pueblo, Mühlviertel, serían ejecutados o castigados si ayudaban a cualquiera de esos soviéticos.
Los personajes
Hilde
Hilde es la figura negativa y pasiva de la obra. Es dependiente, se odia a sí misma pero al mismo tiempo, tiene miedo de ella. Esto se observa en la manera de hablar que tiene, dado que nunca habla de ella en primera persona, si no en tercera, nombrándose como madre o hija, tal y como si fuera un libro.
A pesar de todo, es reacia a recordar. Ella misma dice que no quiere hacerlo y representa la sumisión de la mujer de aquellos años.
Erika
Sin embargo, Erika, su hija, es todo lo contrario a ella. Ella es el futuro, la curiosidad, la que quiere preguntar sobre aquellos días, la positiva, la escritora y la que no depende de nadie.
Hay indicios de que es Erika la que narra la historia de su madre, poniendo sus palabras en boca de Hilde. Esto se puede notar en la manera en la que está narrada la historia, como ya dije en lo referente a Hilde cuando usa la tercera persona.
Los hombres
En cuanto a los personajes masculinos, son secundarios, pero marcan muy fuertemente a las mujeres que se nos presentan. Ellos son el padre de Hilde y Anton, su marido, dado que ambos son alcohólicos y dominantes, y a Hannes, hermano de Hilde, que debido a la culpa de haber tenido que asesinar a uno de los prisioneros, se suicida.
Los temas
Los temas de la novela se ven reflejados claramente en los personajes, tanto femeninos como masculinos. Podríamos empezar por los estragos psicológicos que provoca la caza. Tanto Hilde como su hermano se sienten culpables por la persecución de los soviéticos.
Es más, en un momento determinado de la obra, Hilde advierte a su hermano con esta frase “Jeder, der nichts gegen diese Menschenjagd tut, macht sich schuldig. Hörst du. Jeder! Auch du! (Cualquiera que no haga nada contra esta caza de gente, se siente culpable. Escuchas. ¡Cualquiera! ¡También tú!)”.
Con Hilde también vemos la sumisión e inferioridad de la mujer en una sociedad patriarcal. Esta era aceptada abiertamente en aquel entonces. Este hecho se puede interpretar como una aceptación del nacionalsocialismo de Hitler.
A esta sumisión de la mujer va unida la idea de una familia disfuncional. Se observa en la niñez de la protagonista. También en que es impensable que se pida a un hijo ayudar en casa.
Este sometimiento va en paralelo con la sociedad fascista. Los ideales de estos partidos son mucho más fuertes que los ideales de la unidad y la familia. Podemos ver que los partidos políticos a la sociedad son lo que los hombres a las familias: sumisión y control.
La contraposición entre personajes
Otro de los temas que se observan en la novela es la relación entre madre e hija, es decir, entre Hilde y Erika. Como ya expliqué antes son antagonistas. Pertenecen a distintas generaciones. Erika representa a las nuevas generaciones que quieren lanzar preguntas, saber la verdad y que han podido estudiar.
Sin embargo, Hilde representa a las viejas generaciones que eran pasivas en aquella época, que no podían preguntar nada, que debían trabajar en casa (en el caso de las mujeres), que no tienen estudios y que nunca irían contra las normas y la autoridad.
Erika tiene relación con su madre con la excusa de querer saber cosas para el libro que está escribiendo, pero de esta manera, está haciendo que Hilde recuerde cosas que no quiere.
La joven está fascinada con el pasado, la apertura de nueva información y publicación de voces femeninas. Todos esos recuerdos que Hilde tiene, los llama Schatten, que no son más que sombras en su vida y que quiere apartar.
En cuanto a estas Schatten o sombras hay que decir que son diferentes metáforas a las que Hilde se refiere. Además de recuerdos son el pasado y la maldad de los habitantes del pueblo en ese día tan fatídico. Las sombras son el símbolo de la vergüenza, de la aprobación de ese suceso y del conocimiento de la guerra y sus consecuencias.
La recepción
Con un tema tan tabú como es la Segunda Guerra Mundial, los nazis y todas las consecuencias que esto trajo, para las nuevas generaciones de Austria, la novela fue muy buena porque se rompe el silencio, ya que desvelan y alumbran nuevos datos de ese problema del pasado.
Por el contrario, para la gente que vivió la guerra el libro no es adecuado, dado que ellos piensan que el pasado debe permanecer en el pasado y que se debe callar sobre los sucesos de la Segunda Guerra Mundial en Austria.
Nuestra pregunta
¿Trasladaríais estos temas, pensamientos e historia a nuestra Guerra Civil?