Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti).
«La propiedad privada es sagrada. Respétala o atente a las consecuencias». Y, ¿qué hay más privado que lo que está en nuestros corazones? ¿Hasta dónde podemos llegar para protegerlo? Música desordenada nos encierra en un bucle con Schubert como banda sonora, donde las historias de diferentes personajes se ven unidas por un solo momento que lo decide todo.
La novela forma parte de la saga El universo escondido, pero no es necesario leerla de manera lineal. Y aunque aún no se ha desentrañado el misterio de su protagonista, Heloísa, le seguiremos la pista. ¿Empezamos a atar todos los cabos?
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Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.
Empezaremos con una breve sinopsis:
Años 80. Sobre una mesa de juego aparece un cadáver siniestro. Años 50. Una niña sufre un terrible accidente al salir de la escuela. Actualidad. Un grupo de okupas se hace con un gran hotel abandonado tras la crisis inmobiliaria. Pero el viejo edificio guarda algunos secretos que no deben ser despertados.
La inspectora Heloísa de Paúl, al cargo de la investigación del extraño caso, tiene un peculiar pasado que se irá descifrando en paralelo y nos llevará por terrenos algo movedizos.
A veces, la propia maldad puede llevarnos por el camino de la amistad, de la solidaridad, incluso del amor inesperado.
Inmaculada Hernández Marcos nació en un lugar de la Mancha cuyo nombre apenas recuerda porque enseguida fue abducida por Salamanca. Aunque su familia y su negocio le llevan mucho tiempo, no se da por vencida y sigue manteniendo su vocación de escribir.
Ha publicado ya tres libros de su saga El Universo escondido: Terror al vacío, Música desordenada y Uno tres cuatro. Pronto, S de entropía cerrará la saga.
Los pros
Una presentación excelente de los cabos sueltos
I. H. Marcos nos deja una novela policíaca muy hábil. El caso no es solo original y conmovedor, sino que involucra al lector y le presenta todas las piezas al inicio. Las pistas son tan dispares y aparentemente alejadas en el tiempo y el espacio que resulta difícil comprender su conexión. Pero al comenzar la investigación se va descubriendo el nexo y se desentraña poco a poco. En Música desordenada el lector adquiere el papel de un detective más y le da las herramientas para sacar sus propias conclusiones.
Heloísa: una protagonista intrigante y muy humana
Heloísa de Paúl es un personaje llamativo y casi sobrenatural. Conocida como la mujer con la cabeza de luna, se enfrenta a un enigmático pasado que ni siquiera ella recuerda. Este se convierte en el caso que reúne las novelas de la saga, y que se desarrolla de manera paralela. Debido en parte a ese pasado, Heloísa tiene un extraño don para resolver las investigaciones más difíciles. Pero más allá de la fuerte personalidad del personaje, la autora sabe transmitirnos sus inseguridades y debilidades. Heloísa se convierte así en una persona de carne y hueso con la que es muy fácil sentir empatía.
«Se acercaron hasta el cuarto de baño. Daniel la colocó debajo de la ducha, pero no se atrevió a dejarla sola. Cuando vio hasta qué punto se tambaleaba, se quitó los zapatos y la chaqueta apañándoselas de muy mala manera con una sola mano. Luego, abrió el grifo del agua fría y sintió cómo le iba calando lentamente la ropa mientras la abrazaba con fuerza.
—Perfecto —dijo ella—. Solo te sobra esto —le desabrochó el cinturón y después intentó hacer lo mismo con la camisa. Él se resistía.
—¿Qué pasa?
—Que yo no me aprovecho de las mujeres inconscientes.
—No estoy inconsciente. Estaba borracha, pero cada vez menos», página 211.
Además de Heloísa, Música desordenada desarrolla muchos otros personajes, como Remigio, el anciano altruista, o Noel, el revolucionario reflexivo. La vida y las intenciones de todos ellos se entremezclan de manera magistral, y determinan el curso de la trama. Son individuos muy bien construidos, con personalidad propia y muchos matices, que mueven la historia por sí mismos.
Humor crítico y actual
La autora pasa de la crítica al morbo de los medios de comunicación a la ineficacia de los cuerpos de seguridad, al juego sucio de los grandes empresarios, o a la incongruencia de muchos sectores que se declaran anarquistas y sociales. La crítica se realiza, eso sí, siempre desde un punto de vista humorístico y englobado dentro de la trama.
«Así, cortando un lateral del cartel en el que ponía «Este es un espacio liberado al Capital» alguien anunciaba el taller de lengua de signos que tenían previsto iniciar en breve, y, al lado de la carátula subversiva del grupo de teatro, el único anuncio de aspecto conservador que decía «Nuestra oficina de ocupación abre su asesoría para resolver tus dudas legales». Había también una advertencia contundente dirigida a los más cándidos: «Aviso. Ciertos grupos de personas abren casas a cambio de dinero. Nosotros consideramos esta práctica inmoral e ilegítima y, además, nos expone a repercusiones legales. No te dejes engañar», página 144.
Estilo cuidado e ingenioso
Música desordenada tiene un estilo muy cuidado, una ortografía impecable y un tono ingenioso. La lectura se hace muy agradable y es muy fácil de seguir, con un buen equilibrio entre descripción, diálogo y reflexión.
Además, es muy interesante la manera en la que I. H. Marcos hace que se expresen sus personajes. Tanto en el discurso interior como en los diálogos, cambia el vocabulario empleado y los matices. Añade, por ejemplo, un lenguaje muy filosófico para los revolucionarios, uno muy culto y excéntrico para el forense, o uno coloquial para las clases más bajas.
«Su padre le entregó, primero las zapatillas deportivas, y luego la pistola y la linterna.
—Esto ha sío un hotel y parece abandonao.
—Pos ha tenío que costar un canchal de dinero.
—Sí.
Una sirena de la policía se acercaba a gran velocidad.
—¡Corre a esconderlas!», página 17.
Los contras
Una trama algo dispersa
Música desordenada no una trama lineal, lo que es muy interesante, pero al mismo tiempo hace más compleja su lectura. Los cabos están demasiado alejados unos de otros y ocupan un porcentaje muy alto de la novela. Aunque resulta innovador y los sucesos en sí son interesantes, requieren de una gran concentración. Es fácil desanimarse antes de llegar a la investigación policial, que comienza ya en la página 230 y se resuelve de manera casi desenfrenada en la segunda mitad del libro.
Errores de focalización
Aunque no molesta en exceso, es cierto que en algunas ocasiones el narrador entra en la cabeza de varios personajes en las mismas líneas y crea sensación de confusión al lector. Sería más recomendable enfocarse en los pensamientos de uno solo durante el capítulo o al menos dejar clara la diferenciación de los puntos de vista por párrafo o escena.
«Al joven le pareció muy sorprendente que alguien fuera capaz de regalar una propiedad carísima y, luego, se ahorrara el euro de un triste café, pero estaba claro que no tenía la menor intención de invitarle.
—¡Hola, buenas! El tráfico está imposible.
El notario les hizo pasar a una habitación enorme con una característica asombrosa: el número ingente de planchas de madera de nogal que asfixiaban todas las paredes y el techo y el suelo hasta los marcos de las ventanas. A los dos clientes les pareció que habían entrado en un ataúd», página 185.
Mi PoV
Música desordenada en una novela que me ha sorprendido para bien. Es una policíaca muy original y bien desarrollada. Recomiendo su lectura tanto para amantes de este género como para seguidores de la crítica de la actualidad social.
Es muy interesante la introducción de diversas culturas a lo largo de la obra: Japón, India, Marruecos. Añade un toque muy exótico dentro de la rutina en la que se engloba la trama. Las frases delante de los diferentes bloques también añaden un plus a lo que se lee y hacen reflexionar al lector. A mi parecer, son un gran acierto.
Como crítica constructiva solo destacaría lo comentado anteriormente sobre la extensión de ciertos bloques, que en alguna ocasión se me han llegado a hacer pesados, como el caso de toda la escena del hotel okupa. Aunque es muy divertida, desequilibra las fuerzas y resta importancia al proceso policial.
Nuestra pregunta
¿Creéis que son los personajes los que deben mover la novela? ¿O la novela mueve a los personajes?
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