Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti).
Todos hemos caído en alguna ocasión en uno de esos bucles de Internet. Entramos en páginas de memes o viñetas sin dejar de pasar una página tras otra. No sabemos el motivo, pero es una adicción. Pues hemos encontrado lo mismo en forma de libro en Uno más y lo dejo.
Realizamos el sorteo de un ejemplar desde el lunes 24 de abril hasta el lunes 1 de mayo en nuestra página de Facebook.
Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.
Empezaremos con una breve sinopsis:
Un conjunto de 50 relatos hechos por 14 autores cuya única pretensión es escribir, pasarlo bien y hacer que el lector también disfrute de un rato agradable de lectura. Esperando al bus, en el metro o en la sala de espera de un hospital, esta antología promete engancharte relato tras relato hasta que no puedas parar.
Los pros
Sin temática en la superficie
Desde el principio Uno más y lo dejo nos advierte de que no encontraremos un tema propio en esta antología. Y es una gran mentira. A pesar de que el género narrativo de cada autor es muy diferente, podemos dar con temas que sí se repiten. El tiempo, la nostalgia, el fracaso o el desamor son claves para la gran mayoría de los relatos que nos encontramos.
«Zacarías opinaba que debía dejarme de películas y melodramas y centrarme. Nunca sería escritor. Nunca sería farero. Ya era hora de espabilar y empezar a ganarse la vida como una persona normal», (La doctrina Zacarías).
El reflejo del lado más negro de la vida, aunque sea momentáneo, dota a las historias de realismo. Aunque solo sea durante unas pocas líneas, el talento de estos autores para lograr esa conexión en tan poco espacio es asombrosa. Todo esto sin recurrir a sentimentalismos fáciles ni recursos o temáticas de lágrima rápida.
Originalidad a la orden del día
Crear algo nuevo que nunca se haya hecho antes es complicado. Crear más de dos relatos complemente diferentes en una antología, más. A pesar de ello, en Uno más y lo dejo podemos encontrarnos con textos realmente interesantes. Puntos de vista nuevos, focalizaciones en objetos en las que nadie habría pensado o historias con finales hilarantes son algunos de los ejemplos.
«Una noche salió y volvió, contrito, tímido, con su porte habitual pero callado, ruborizándose y enrojeciendo el rojo de su piel. Todos le preguntamos: el zapato viejo de ir al instituto, el peque de la comunión y yo, pero no soltó prenda. Sus escapadas fueron haciéndose más y más comunes. Nosotros, que ya apenas salíamos en favor de unas zapatillas de andar por casa y de unos náuticos para ir a clase», (Fondo de armario).
Del mismo modo que las focalizaciones cambian, también lo hacen los narradores.
Por lo general, en las antologías se dan unas bases que unirán todos los relatos del libro. Ya sea un tipo de narrador para todos, estilo de lenguaje o temática. En este caso, la libertad es absoluta. Así pues, nos encontramos narradores en primera y tercera persona. Incluso en segunda.
«Te despierta un golpe de agua fría. Estás confuso, aturdido. Dos hombres te levantan del suelo y te llevan a rastras hacia alguna parte. La claridad del sol te ciega los ojos, hueles la sal y escuchas el eco de un mar calmo pero amenazante. Delante de ti se yergue alguien a quien crees reconocer. Es el Comodoro Highway», (Moonlight, el pirata honrado).
Nada más lejos de que puedan chocar estos cambios tan bruscos, nos parecen una idea muy original. La capacidad de los autores para explorar sus límites artísticos es lo que hace de esa obra un gran acierto.
Que pasaría si…
Un recurso bastante utilizado por escritores es darle la vuelta a algo que ya existe. Puedes rescatar un personaje de leyenda en una situación nueva, una interpretación diferente de un mito. O incluso preguntarse qué pasaría si algo imposible en la realidad ocurriera.
«La fe ya no me llena. Veo a Dios todos los días: por televisión, por radio, ayudando a ancianas a cruzar la calle y repartiendo maná entre los pobres. Cuanto más lo veo menos creo en Él», (Crisis de razón).
Es un gran ejercicio para escritores que están comenzando. Así podrán conseguir práctica y usar el pensamiento lateral. Tirar de imaginación para crear nuevas realidades es una buena forma de dar los primeros pasos y superar la página en blanco o el bloqueo de escritor.
Los contra
Fallos, errores y demás problemas
Con tantos autores, es normal encontrar diversos fallos. Que haya relatos tan diferentes no es excusa para dejar de ser coherente dentro del propio texto. Un ejemplo es la utilización de la palabra carallo en dos ocasiones (La doctrina Zacarias y Si me hablas ya no estoy). Un galicismo bastante habitual, pero incorrecto a la hora de su utilización en un texto en castellano cuando el personaje tampoco es de esa comunidad autónoma.
También nos encontramos en dos ocasiones textos que no siguen la edición del resto de la antología. Es posible que la decisión de crear algo así viniera de un afán de originalidad. A pesar de que no hay una regla predefinida en Uno más y lo dejo, sí que se agradecería una adecuación de estilo editorial.
Si no, el resultado para el lector es una amalgama de textos que no mantienen una uniformidad.
Ejemplos
En ¿Qué libro te llevarías a una isla desierta?, por no haber, no hay ni un solo punto en todo el texto. Esto provoca hastío y dificultad para leer, en lugar de aportar un toque original:
«(…) en su fingida sonrisa y Humbert sorprendió al periodista con una respuesta inédita, cualquiera, sí, cualquiera, estaba cansado de protocolos, firmas de ejemplares y charlas en colegios, hastiado de tener que definirse a través de lo ajeno y sobre todo harto de preguntas como aquella (…)».
Y en El gran golpe del capitán garfio o El invertido, los diálogos tienen su aparición sin ningún tipo de puntuación.
«(…) la tripulación ya cuchicheaba nerviosa sobre los disparates que su patrón profería sin aparente vergüenza. De qué niños voladores me habla usted, preguntaba con la mirada desencajada. No se acuerda de nada, murmuraban al oírlo sus hombres (…)».
La importancia de una buena puntuación a la hora de tratar con textos con diálogos es crucial para un escritor, tal y como mostramos en este artículo. En Uno más y lo dejo debe revisarse este punto.
Mi PoV
Esta antología cumple lo que promete. Uno más y lo dejo engancha de principio a final.
La incertidumbre a la que te enfrentas cada vez que pasas la página te hace continuar con la lectura. “¿Qué vendrá ahora? ¿Con qué me sorprenderá?” son algunas de las preguntas que cruzan por tu cabeza mientras lees.
Si bien es verdad que no soy fan de las antologías, en este caso ha sido un acierto. Ya fuera por la extensión de los relatos o por la amplia variedad, se ha convertido en una lectura amena y recomendable.
Nuestra pregunta
¿Qué opináis de la variedad en las antologías? ¿Todas deberían llevar una temática predefinida o abogáis por la libertad?
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