Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti).
En esta entrada analizamos Ley natural, una novela que combina intriga, ciencia y un final con varias sorpresas.
Realizamos el sorteo de un ejemplar desde el martes 10 de mayo hasta el martes 17 de mayo en nuestra página de Facebook.
Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.
Empezaremos con una breve sinopsis:
En el año 2015, la ciencia está a punto de lograr un avance excepcional. Jimmy Rogers, un joven estudiante universitario, se ve envuelto sin saberlo en una trama que revelará las consecuencias que puede tener la aplicación de este nuevo descubrimiento, el cual trae consigo no solo un nuevo dilema ético a solventar, sino también un enorme peligro encubierto para todos los seres humanos.
Sergio Sola Ponce nació en junio de 1982 en Valencia, donde actualmente vive. Estudió la carrera de I. T. Forestal en Gandía y hace poco se lanzó a publicar su primer libro, del que pronto saldrá una segunda parte.
Los pros
El toque humano
Teo Rogers, el abuelo del protagonista, es un anciano con alzheimer que se cura milagrosamente. Este hecho da pie a unas emotivas escenas donde se reencuentra con su familia y reflexiona sobre la enfermedad que padeció hasta entonces.
En otro buen fragmento, Teo regresa a la residencia donde estuvo ingresado y describe para el lector, con una nueva y lúcida mirada, el entorno y las personas que lo acompañaron durante el tiempo que padeció alzheimer.
También nos conmueve el doctor Summers al compartir con nosotros el modo en que vive la enfermedad de su mujer, también neurodegenerativa, y sus desesperados intentos por revertirla, los cuales darán lugar a toda la trama de la novela.
La humanidad de los personajes está muy presente en Ley natural. El autor busca que nos preguntemos qué está bien y qué está mal. A lo largo de la historia llegaremos incluso a plantearnos si tenemos derecho a juzgar a los personajes.
La crítica social
Aplauden cuando oyen que han encontrado una mejora científica que alarga la vida diez años, o que se ha creado un medicamento que cura las hemorroides en doce horas, pero nadie es capaz de ver más allá de todo eso.
Aunque el discurso científico es fallido, como veremos luego, la crítica subyacente sigue siendo válida. Ley natural denuncia la deshumanización de la investigación científica, el oscurantismo de sus resultados, el mercadeo de información y la manipulación de la sociedad por parte de grandes multinacionales, como las farmacéuticas.
Summers utiliza el entramado de este submundo en su favor, con la idea de purgar a una sociedad que ha llegado a odiar, pero a la que desea dar una última oportunidad. Quiere resetear el sentido de la vida humana, si bien pretende hacerlo a un coste tan alto que sabe que será recordado como un villano antes que como un héroe.
Los contras
Mentiras
El narrador nos muestra la sorpresa y desolación que siente el doctor Summers cuando se incendia su laboratorio.
El doctor Summers pensó que sería otro simulacro de incendio. […] Cuando llegó al pasillo donde se encontraba el laboratorio, sus peores miedos se cumplieron.
Luego, en el último capítulo, se descubre que fue el propio Summers quien provocó ese incendio a propósito. Entonces, Summers no pudo pensar que fuese un simulacro.
La trama
A lo largo de la novela somos testigos de una sucesión de hechos fortuitos que el autor no utiliza para hacer avanzar la historia. Porque las fichas de dominó que deberían mover la trama al caer, en Ley natural caen sin tocarse. Es la mano del autor la que debe ir tirándolas.
Igual que la mayoría de los personajes del libro, somos espectadores de unos acontecimientos que no entendemos ni podemos relacionar. Más de veinte veces alguno de los personajes admite que «no sabía» cierto dato, y otras treinta afirman que algo les parece «imposible». Da idea de la cantidad de información que se mantiene en suspenso para mantener cierta apariencia de intriga.
La trama sucede a oscuras, tras el telón de lo que se nos cuenta. Si dividiésemos Ley natural en las tres partes clásicas de una relato, la introducción abarcaría los doce primeros capítulos, el nudo los capítulos trece y catorce y el desenlace quedaría a caballo entre el quince y lo que sea que venga tras el desacertado Continuará… que remata el libro.
Algunos capítulos son tan cortos como prescindibles. El autor juega con nuestro desconocimiento para insertar relleno con aspecto de información relevante. Por ejemplo, en el capítulo tres se relatan las costumbres y circunstancias particulares de cierta tribu amazónica. Al terminar el libro nos damos cuenta de que aquello no tenía nada que ver con la historia principal ni nos ha llevado a ningún sitio.
Otro problema de la trama es el nivel de suspensión de la incredulidad que se nos exige para que la historia llegue a donde quiere el autor:
«Cuidado, Los Ángeles, mañana una grave enfermedad te destruirá»
Con esta frase anónima colgada en la red se consigue que la ciudad de Los Ángeles sea evacuada en un solo día.
El narrador
El narrador salta con frecuencia del pasado al presente o a la primera persona, y en ocasiones no conduce bien los pensamientos de los personajes. La confusión del autor al manejar situaciones que ocurrieron en diferentes momentos del pasado se ve reflejada en la cantidad de veces que recurre a la palabra «ahora» (una por página) en un contraproducente esfuerzo por situar al lector temporalmente.
Jimmy también se preguntó si serían capaces de entender la manera en la que el mundo estaba cambiando sin que pudiéramos hacer nada por detenerlo.
En la siguiente cita el narrador expone, como pensamientos de un personaje que observa a la tribu de los Mohetu, un trasfondo que solo es verdadero en la mente del autor, transformando al personaje en narrador onmisciente de las peculiaridades de la sociedad Mohetu.
Por lo visto, las tenían consideradas como las creadoras de vida, y por ello, eran respetadas y protegidas. […] Después de ellos, lo hacían los niños y niñas pequeños, ya que ellos serían los futuros cazadores y «creadores de vida».
El personaje puede constatar que las mujeres son respetadas y protegidas. Pero no puede afirmar que la tribu las considere «creadoras de vida».
Faltas y errores
El ritmo de la narración es lento, excepto al final, donde se precipita la acción. Las escenas están cargadas de frases redundantes que explican o resumen lo que ya se acaba de exponer.
Elliot se había pasado la vida estudiando la vida del Amazonas, y nadie mejor que él sabía a qué peligros se exponían viviendo durante tantos días en plena selva. Insectos, grandes depredadores, reptiles y un sinfín de animales capaces de matar a un ser humano, rondaban por los alrededores, y nadie mejor que Elliot sabía cómo evitarlos.
Gran parte de las comas están mal colocadas, muchas de ellas separan sujeto y predicado. Marcan pausas inexistentes, o enjaulan los nombres de los personajes sin razón.
(…) luego en el examen, Jimmy Rogers, sacaba la máxima puntuación posible, una y otra vez.
Se quedó, unos segundos parado, mirándolos corriendo y gritando de un lado del campo al otro.
Hemos detectado preposiciones mal empleadas y un abuso de los adverbios «cuando», «mientras» y los terminados en –mente. Además, en lugar de verbos conjugados, nos encontramos una sobreabundancia de perífrasis. Esto provoca que los gerundios se conviertan en la forma verbal más común del texto:
«La pequeña Sarah estaba sonriendo de oreja a oreja», «sonreía» sería lo más natural.
«(…) se había quedado embarazada teniendo diecinueve años», «con diecinueve años» nos ahorraría ese incómodo gerundio.
Ejemplos
Algunos ejemplos de expresiones redundantes…
Se escuchó un brindis de copas
(…) en dirección hacia la puerta de embarque.
(…) era la primera vez que había visto a una persona muerta en vivo
(…) mientras su mirada se perdía en el infinito, dirección al exterior.
… e incorrectas.
«Ment sana in corpore sano», mens.
«Nadie deparó en Jimmy Rogers y siguió su trayecto», reparó.
«Al poco, Henry, volvió, le puso delante el vaso con dos hielos y lo llenó hasta la mitad de whisky mientras Mam aguardaba en silencio mirando el vaso cómo se iba llenando», aparte de las comas, el «cómo» está mal colocado.
«De golpe, un frenazo en seco del autobús le devolvió a la realidad, y se quitó los auriculares para prestar atención a lo que pasaba. Por lo visto, un conductor se había despistado y había chocado con ellos en un cruce», no es realista describir como un «frenazo» que un coche se ha empotrado contra tu autobús.
«(…) aturdidos aún por la idea de que los mohetu hubieran sido ya contaminados por el ser humano», los mohetu son humanos. En tal caso, «por el ser humano moderno».
«(…) allí, semienterrados, entre un mar de barro y sangre, se encontraban alrededor de unas treinta y cinco personas. Todas parecían bastante recientes», sería «todos los cuerpos parecían bastante recientes».
«Salió del aula y se dirigió a la planta baja de la universidad», una universidad es una entidad, una comunidad, no un edificio.
Las citas pertenecen únicamente a los tres primeros capítulos. La novela parece escrita a vuelapluma, a modo de borrador, en el que solo se ha revisado la ortografía antes de su publicación.
Documentación y desinformación
No es necesario dominar un tema para escribir una obra de ficción basada en él. Alguien que no ha vivido la Segunda Guerra Mundial puede recrearla con detalle. Y un autor que no sabe nada de coches puede relatar la vida de un piloto de carreras. Lo que deben hacer quienes se propongan escribir una novela ajena a su experiencia personal es documentarse.
Con su vista fija en el microscopio electrónico, apenas llegó a escuchar el sonido del móvil.
Los elementos (y jerga) científicos que se mencionan a lo largo del libro no se introducen con acierto. Los microscopios electrónicos, por ejemplo, revelan imágenes a través de una pantalla y no de oculares.
Las partes en las que se habla de la evolución o el cáncer tampoco están a la altura de lo que cabe esperar de un eminente científico como el doctor Summers.
(…) los tejidos de la célula se autoregeneren.
Las células no tienen tejidos: las células forman tejidos.
En el mismo capítulo, Jimmy y el doctor Summers discuten sobre si sería ético que la ciencia permitiese que una persona que ha causado un accidente de tráfico regenerase un brazo amputado. Ambos concluyen que el ser humano no está moralmente capacitado para tomar ese tipo de decisiones.
Se olvidan de que actualmente se realizan trasplantes de órganos, transfusiones de sangre o implantes de prótesis a personas que han causado accidentes. El debate ético está mal planteado y no logra aportar profundidad ni trasfondo a las motivaciones de los personajes.
El alzheimer
El abuelo de Jimmy sufre alzheimer. La enfermedad se revierte debido a los nanobots creados por Summers. Esto es asumible por el lector, forma parte de la ciencia ficción. Sin embargo, lo que cuenta el abuelo tras recobrarse, deja de ser ciencia:
Cómo ver que mis recuerdos desaparecían y ni siquiera saber que los tenía porque me era imposible recordar que alguna vez tuve algún recuerdo.
Se describe el estado de un enfermo de alzheimer con las características habituales que se atribuyen a los pacientes en coma:
Estaba dentro de mi cuerpo, pero no podía moverme. […] Pero yo estaba ahí, y gritaba para que me escucharais, pero era imposible.
Esta incoherencia médica es especialmente dañina para quienes han convivido con personas con alzheimer y que no sepan que, llegados a este punto, están leyendo fantasía y no ciencia ficción.
El cierre
La novela termina en medio de una escena de acción, con un corte que deja al lector sin climax ni conclusión.
El precipitado final le da al libro un aire de capítulo piloto. Un personaje deduce que el doctor Summers es la amenaza terrorista que se cierne sobre Los Ángeles gracias, en parte, a que un par de días antes un hombre susurró la palabra «doctor» antes de morir en un laboratorio secreto en la Amazonia.
Solo dijo una palabra: doctor. Ahora, sabemos que no pedía ayuda médica, sino que le llamaba a usted, doctor Summers.
Efectivamente, no había más doctores entre los personajes principales. Solo podía tratarse de Summers.
Mi PoV
Ley natural contiene multitud de errores que requieren una profunda revisión del texto. En cuanto a la trama, se fundamenta en un engaño por parte del narrador omnisciente con el que se daña el pacto autor-lector.
Tampoco es honesto el final. La novela no es autoconclusiva ni tiene un final abierto, sencillamente se corta la escena culminante. Esto solo consigue que el libro pierda gran parte de su valor, el de contarnos una historia que recordar.
Nuestra pregunta
¿Como manejarías a un personaje experto en un tema que tú desconoces?
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1 Comment
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