Eres escritor. Has escrito una novela, un relato o simplemente has juntado palabras que parecen tener sentido, te gustan y quieres compartirlas. ¿Te ha resultado fácil? Pues ahora viene lo difícil.
Escribir no solo es escribir. Escribir es desarrollar una idea, madurarla, hacerla evolucionar y, tras todo este proceso, si te sigue pareciendo buena, publicarla. Pero esto, si quieres hacerlo bien, te va a llevar unos cuantos meses.
La corrección es necesaria y forma parte del proceso. Os voy a contar qué es eso de la corrección, para qué sirve y por qué es fundamental. Desde El Libro del Escritor os ofrecemos un servicio de corrección de manuscritos.
Mi primer consejo es que fiches a un pequeño equipo de “lectores beta” que lea tu libro cuando creas que está listo, ya sea voluntariamente o a cambio de unas cañitas. Puede formar parte de él tu madre, tu hermano, una amiga, una prima o un conocido, pero el requisito indispensable es que sepa leer (no, no todo el mundo sabe) y que lo haga de manera crítica. Y es que el “escribes de p*** madre” o el “me encanta” te sube el ego, pero en realidad no sirve para nada.
¿Quiere esto decir que el lector beta sustituye a un corrector profesional? No. Pero el trabajo de un corrector profesional va mucho más allá de quitar o poner comas y cambiar bes por uves.
Y te preguntarás: “Entonces, ¿cuál es el trabajo de un corrector profesional?”. La corrección no es una sola cosa y, al igual que tu texto, tiene diferentes niveles que detallamos a continuación.
Estos niveles, que pueden ser realizados por otras personas, ahorrarán trabajo al corrector profesional, pero nunca lo sustituirán. Será efectivo para las fases previas a la versión final de la novela, corregida por un corrector profesional.
Corrección ortotipográfica
Esta corrección es absolutamente necesaria e imprescindible. Por definición, si eres escritor deberías tener cero faltas de ortografía, pero no obstante a todos por el motivo que sea se nos puede escapar alguna.
Esta corrección implica cambiar lo que está claramente mal según las normas y nada más.
Ejemplos:
- faltas de ortografía no intencionadas (las intencionadas por lo general irán en cursiva)
- errores tipográficos: dobles espacios, sangrías, interlineados…
- aquellas faltas de puntuación que infrinjan claramente las normas.
¿Quién debe hacerla?
Primero, obviamente, el propio autor, pero es necesario que otra persona revise el texto a posteriori. No tiene por qué ser un profesional, bastará alguien que haya estudiado lengua en primaria, sepa leer y se fije bien y, por si las moscas, tenga un diccionario a mano.
Eso pueden hacerlo los lectores beta perfectamente, pero en mi opinión (también) las editoriales deberían ofrecer este servicio gratuitamente para garantizar la calidad, ya que está en juego no solo la reputación del autor sino también la suya propia.
Corrección gramatical
En este caso, detectaremos y corregiremos errores gramaticales que puedan ser más o menos graves y, una vez más, no sean intencionados.
En textos originales no suele ser necesaria o va asociada a la ortotipográfica, pero en textos traducidos, sobre todo si no son realizados por nativos, conviene llevarla a cabo aparte.
Ejemplos:
- concordancia de género o número
- errores sintácticos
- concordancia de sujeto y predicado
¿Quién debe hacerla?
En principio, si el escritor no es muy malo los errores serán pocos o ninguno, por lo que con su propia revisión bastaría. Los lectores beta quizá detecten algo que les llame la atención, pero no deberíamos dejar que lo corrijan si no son profesionales (preferiblemente filólogos).
Corrección semántica
Aunque gramaticalmente el texto esté perfecto el escritor puede en algunos casos haber usado ciertas expresiones de manera “incorrecta”.
Hay que tener cuidado porque la corrección semántica depende de muchos factores y posiblemente lo que a uno le parece mal en realidad no lo esté.
Por ejemplo, yo que soy de Barcelona puedo perfectamente utilizar expresiones de mi dialecto sin que el texto esté mal, a pesar de que a alguien de Madrid (o Sevilla, o Bogotá) le puedan sonar raras.
Si bien en principio no es necesaria, esta corrección puede sernos de ayuda en algunos casos, como para marcar la manera de hablar de un personaje concreto o para perfilar el estilo si nuestro relato está dirigido a un público determinado o que pertenece a un grupo social o cultural distinto al autor.
En textos originales, esta corrección solo debería hacerse a petición del autor y en casos muy específicos.
Ejemplos:
- expresiones utilizadas incorrectamente (sobre todo, esto es frecuente en traducciones) que no expresan lo que el autor quiere decir.
- expresiones que no corresponden al modo de hablar de un determinado personaje, por muy correctas que sean.
¿Quién debe hacerla?
Una vez más, los lectores beta pueden identificar en el texto expresiones que no entienden o que según ellos no se adaptan al contexto, pero una vez detectadas es el autor quien decide si hay que corregirlas o no. En casos concretos, el corrector podría ser un lector beta que domine la jerga concreta del personaje o del público (por ejemplo, si mi personaje es argentino, buscaré a alguien de ese país; si mi libro es para niños, se lo daré a leer a mis hijos).
Yo personalmente desaconsejaría encargarla a un filólogo en textos originales si lo que queremos es que quede natural para no caer en la hipercorrección. Un corrector profesional puede asesorarnos y detectar posibles fallos semánticos, pero es necesario que haya diálogo entre corrector y autor para que quede bien claro qué es aposta y qué no.
Corrección de estilo
Cada autor tiene su propio estilo, marcado principalmente por su educación, su nivel sociocultural y su procedencia. Sin embargo, como en el caso anterior, el estilo no siempre lo va a marcar el autor y pulirlo nunca está de más.
Algunas editoriales tienen ciertas normas que el autor no podrá traspasar; esto suele ser más frecuente en textos de no-ficción pero a veces hay unas pautas que el autor deberá seguir también en relatos de ficción.
¿De qué depende el estilo?
- del autor
- del género literario
- de la editorial
- del público (target)
Ejemplos:
Son muy diversos y varían (lo que está bien en algunos casos en otros no es admisible), pero cito algunos más habituales de lo que cabría esperar:
- vocabulario “pobre” y uso frecuente de verbos comodín (catalanes, cuidado con el abuso de “hacer”)
- repetir una misma palabra en dos párrafos seguidos sin que sea intencionadamente
- construcciones sintácticas demasiado simples o demasiado complejas
¿Quién debe hacerla?
Siempre un profesional, ya sea filólogo o, mejor aún, lingüista. Y siempre en diálogo constante con el autor para no caer en la hipercorrección. Cuanto menos se corrija, mejor.
Corrección tramática y estructural
Ahora tu obra a nivel lingüístico esta perfecta. Sin embargo, resulta que el texto está mal organizado y/o resulta incoherente, con lo que tu elegante prosa no ha servido para nada.
Si la trama es lineal es difícil cometer errores de este tipo, pero si hay saltos temporales deberás prestarle especial atención.
Un buen escritor debería preparar la trama antes de escribir el relato… pero, seamos sinceros, eso no lo hacemos nunca. Aunque tener la trama preparada hace que el relato resulte más fácil de escribir y esté organizado desde el principio, a veces según escribimos la vamos complicando. De modo que no hay problema con que se revise a posteriori, sobre todo si la historia es muy compleja.
Ejemplos:
- finales demasiado abruptos o demasiado abiertos
- errores temporales
¿Quién debe hacerla?
A pesar de nuestra revisión, un lector beta bien adiestrado puede detectar errores en el flow temporal o incoherencias que se nos hayan escapado. Ahora bien, la corrección siempre deberá hacerla el autor, ya que podría implicar cambios muy grandes a nivel estructural.
Recuerda que corregir es de sabios, y la interacción no está reñida con ser un buen escritor.
Vamos a dedicar este artículo a esa legión incansable de lectores beta. Te invitamos a contarnos quiénes son los tuyos y darles las gracias.
Nuestra pregunta
¿Cuál es el error más grave que te han detectado?
40 Comments
Una entrada muy útil.
Es muy necesario que el escritor, especialmente el novel, conozca las diferentes etapas de corrección de un original antes de que este quede definitivamente listo. Y por supuesto, nunca se incidirá demasiado en la importantcia de la corrección para presentar el mejor texto posible en cualqueira de sus aspectos.
Saludos.
¡Muchas gracias por vuestro comentario! Además, como escuela de escritura que sois, comprendéis la importancia de pulir los detalles antes de enviar cualquier manuscrito a las editoriales.
Un placer leeros 🙂
¡A seguir escribiendo!
Sí, muy útil y me gusta cómo está explicado. El problema es encontrar gente competente que pueda hacer este trabajo. En mi caso por ejemplo, he contratado a una empresas para corregir mi ebook y darle el formato correcto. Y tanto en el formato como en la corrección, he tenido problemas. Graciasa mi lectora beta accidental y preferida, he podido hacer una lista con las correcciones que no estaban bien, y la empresa se ha enfadado y me ha devuelto la mitad del dinero. Ahora, me encuentro que no tengo corrector y el ebook está ya a la venta. Por supuesto, enviaré un ejemplar gratuito corregido, a los que ya lo compraron. Pero, ¿Dónde encuentro ahora un corrector que lo haga en poco tiempo y en el que pueda confiar?
Gracias, María. A lo mejor yo misma puedo ayudarte. Si quieres que le eche un vistazo, no dudes en contactarme a través de twitter @Audrey_Hawes
Me parece un artículo perfecto, pero me parece que el orden en el que están puestas las correcciones debería ser completamente el contrario, para ahorrar trabajo. ¿De qué sirve que a nivel linguístico esté todo perfecto si tienes que reescribirlo porque a nivel de trama está mal?
Gracias por el comentario. Tienes razón, lo primero y más importante debería ser la trama. La intención de ese orden era empezar por lo más básico y concreto y que requiere mayor implicación externa; justamente la corrección de la trama es la que solamente debería realizar el autor.
No, si la obra lo necesita, la «corrección» de la trama, como tú lo llamas, corre a cargo del editor.
Firmado,
Un editor
La verdad es que esta información viene estupendamente para todo aquel escritor que no sepa muy bien que hacer con su novela, relato…
Toda la ayuda que nos proporcionéis es bienvenida y si no fuera por esos betas ufff!! No sé que haríamos. El mío es mi marido, gracias a él puedo decir que tengo los pies en el suelo cada vez que termino un relato y se lo entrego.
Y como dice Andrey mil gracias a todas esas personas que nos ayudan a darnos cuenta de los errores y nos dicen su crítica para mejorar.
Muchísimas gracias por compartir con nosotros tu opinión. El otro día un escritor me preguntó que qué podía hacer con sus betas que solo le decían “está todo muy bien”. Le dije que no les pidiera más que le corrigieran su novela. Está claro que también no solo nos tienen que sacar defectos, pero aquello que esté bien que tenga un porqué.
¡A seguir escribiendo!
Me viene fenomenal este artículo en este momento: estoy en pleno proceso de revisión de mi novela. Ya he pasado la corrección tramático/estructural y ahora estoy en la de estilo. Por lo que deduzco de tu artículo me queda un largo camino por recorrer.
Es muy buen explicado el tema, muchas gracias por hacer el esfuerzo.
Un saludo,
Ben Steiner
¡Me ha encantado esta publicación! La leí por curiosidad porque normalmente lo que se comparte aquí es de suma utilidad y no he quedado defraudada.
Si bien es cierto que eso de escribir una novela lo veo a largo plazo (bastante tiempo me ocupa mantener mi blog activo), me he ofrecido como lector beta para algunos escritores y mis comentarios eran bastante amateur. Resaltaba los errores ortotipográficos, algunos gramaticales y les daba mi impresión general de la historia. Con esta información creo que puedo estructurar mejor lo que antes les comentaba a mi manera, y que tengan un feedback más adecuado sobre su obra.
¡Saludos!
Hola Eva,
Gracias por comentar. Como escritora creo que el papel de los lectores beta es fundamental, y el hecho de que no sean profesionales ayuda a tener una imagen de lo que el público espera de ti. Combinar lectores beta con correctores profesionales es una fórmula imprescindible para mí, ya que los puntos de vista son totalmente distintos.
En cuanto a escribir tu propia novela, te animo a empezar poco a poco. No es una tarea fácil, pero aunque no vayas a publicarla es todo un reto personal que te puede aportar mucho y un proceso en el que aprendes muchísimo.
Hombre, hablar de “dialecto” a estas alturas …. brrrrrr, qué escalofrío
Bueno, el tema de los dialectos daría para un millón de posts 😉
Igualmente, yo entiendo que Audrey no se refiere al catalán, si no al castellano que se habla en Catalunya.
Hola, Audrey, navegando por la red me encontré con tu blog.
Me interesó el tema porque estoy a punto de terminar mi novela y necesitaré estos conocimientos. Tengo algún tiempo escribiendo pero nunca un proyecto semejante. Muy buenas tus teorías y seguro me servirán. He leído varios post sobre El arte de la corrección y de todos he aprendido un poco. En lo personal me ayudan las opiniones de compañeros escribanos que conviven conmigo.
Un placer leerte y conocerte.
Les dejo un cap. de mi obra por si desean visitar mi blog. http://letrasarteyoriginalidad.blogspot.mx/2013/12/el-dia-que-me-acoste-con-marylin-cap.html
Cádiz Molina
Hola.
Se suelen decir que el camino al infierno está empedrado con buenas intenciones. Aquí hay muchas buenas intenciones, pero a la vista de un profesional de la corrección (no un “lector beta”, un filólogo o un lingüista, que no son profesionales de la corrección) rechina y espanta.
Lo que sugieres es un despropósito: que un trabajo especializado lo haga otro que supones que sabe algo de eso. No creo que se te ocurriera llevar a fotocopiar tu novela para ahorrarte los gastos de impresión, ni que —si necesitaras traducirla— lo hicieras con Google translator o con alguien que “conozca” ese idioma, porque corregir, imprimir, traducir y editar son tareas profesionales. Si parece que un libro sale bien editado (cuando se edita bien) no es porque sea tan sencillo que cualquiera puede hacerlo, sino porque hay detrás un equipo de profesionales que consiguen que su trabajo sea invisible.
Por cierto, la corrección de estilo no consiste en corregir el estilo literario; nada más lejos: consiste en adecuar el original a unas normas de _estilo_ de la editorial.
Deberías revisar el contenido de esta entrada, pero después de documentarte con los profesionales del libro. Estarán encantados en darte a conocer cómo se trabaja en cada fase.
Saludos.
Gracias por el comentario, Antonio.
En mi opinión, un filólogo o un lingüista pueden perfectamente ser profesionales de la corrección. Es más, considero indispensable que un corrector tenga esa formación y conocimientos previos.
Efectivamente, las reglas en cuanto a corrección de estilo las marca principalmente la línea editorial, pero también hay que tener en cuenta los otros factores que cito.
No, no y no.
“Mi primer consejo es que os hagáis con un pequeño equipo de “lectores beta” que lea tu libro cuando creas que está listo, ya sea voluntariamente o a cambio de unas cañitas.” Esto, para empezar, me parece un insulto para los que se dedican a la lectura crítica de textos, que son personas preparadas profesionalmente para tal trabajo.
“Puede formar parte de él tu madre, tu hermano, una amiga, una prima o un conocido, pero el requisito indispensable es que sepa leer (no, no todo el mundo sabe) y que lo haga de manera crítica. Y es que el “escribes de puta madre” o el “me encanta” te sube el ego pero en realidad no sirve para nada.”
Ahora te contradices. No todo el mundo sabe leer, el que lo haga tiene que hacerlo de manera crítica. ¿Y qué es ser crítico con una lectura si no tienes formación como lector? Por que sí, ser lector profesional es un trabajo cualificado.
La corrección de estilo (donde está incluida la revisión de gramática, la semántica y la tramática, por cierto) y la corrección ortotipográfica debe hacerla un profesional preparado para ello.
Este post me parece un insulto directo para todos los que nos dedicamos profesionalmente (sí, cobrando por ello, ya que nos hemos preparado) a la mejora de textos, ya sea leyendo, traduciendo o corrigiendo.
Hola, Raquel,
No pretendía para nada insultar a nadie ya que yo misma trabajo en traducción, revisión, análisis y mejora de textos.
Por desgracia, no todo el mundo ofrece la calidad que a nosotros nos gustaría. A la hora de la verdad, en muchos casos solo se hace una corrección ortotipográfica básica por parte de becarios (lo he vivido personalmente) que no cubre ni siquiera unos mínimos. Te podría dar ejemplos de correcciones cobradas, realizadas por supuestos profesionales, que mis lectores beta habrían hecho mejor. Eso sí es un insulto para los que nos dedicamos a esto.
Las editoriales deberían garantizar esos mínimos, que para eso están. Cuando no lo hacen, están engañando al autor.
Para mí, como lingüista, separar los tipos de correcciones es importante aunque a la hora de la verdad formen parte de una misma revisión, porque los errores a detectar en cada caso, como explicaba en mi post, son distintos.
Quieres decir que los autores no podemos darle nuestro libro a un familiar o amigo para que nos de su opinion? Eso, según tú, es insultar a los que se dedican a ello. Tampoco podemos corregir manuscritos si no somos profesionales ?pirque lo vamos a hacer mal o porque os vamos a quitar el trabajo o porque no somos tan o profesionales? Yo, estoy en primer año de carrera, quiero dedicarme a ello, a ser correctora profesional. He corregido manuscritos y relatos muchas veces que más tarde han sido publicados y nadie se me ha quejafo nunca y para convertirme en profesional tendré que practicar no? Además, es normal que los autores noveles acudan a los estudiantes filólogos o lingüistas para que les corrijan, cobran muchísimo menos por el manuscrito.
Me parece, Audrey, que ninguneas la corrección profesional de textos, y te explayas en tópicos un tanto imprudentes. Cualquier texto, hasta el de un premio Nobel (y quizá, más aún, el de un premio Nobel), necesita el trabajo un corrector profesional, ortotipográfico y de estilo. Los correctores profesionales son el cinturón de seguridad y el casco del texto, de cualquier texto.
(Otra cosa son los lectores y escritores que puedan hace un análisis de estructura, trama y personajes.)
Hola.
Siento que no haya quedado claro que para mí la corrección profesional es la mejor garantía de calidad, pero considero que va más allá de lo ortotipográfico. Los lectores beta pueden ayudar mucho al escritor, incluso aunque ellos mismos no lo sean, pero eso no quiere decir que hagan el trabajo de un profesional, ni mucho menos.
Hola, Audrey.
Veo que hace tiempo de esta entrada, pero hasta ahora no había llegado hasta tu blog.
Me sorprende comprobar que compartimos profesión y que tenemos puntos de vista tan diferentes. Me temo que nunca daría los consejos que has propuesto. Si hubiera escrito una novela, pediría a alguien de confianza su opinión sincera sobre mi escrito, pero contrataría a un profesional especializado (filólogo o no) para que lo corrigiera. Así me garantizaría un trabajo bien hecho.
Hola, Corrector.
Estamos totalmente de acuerdo.
La corrección es imprescindible y debe ser hecha por profesionales. Ahora bien, antes de pasar el manuscrito a un corrector profesional, los lectores beta pueden ayudarnos a ver errores que se nos hayan podido pasar. Un lector beta nunca podrá sustituir al corrector profesional, pero en muchos casos le ahorrará trabajo. Yo lo veo como un paso previo a la corrección profesional, más bien.
Lamento que se haya malinterpretado mi post e intentaré matizarlo.
Apreciada Audrey,
me temo que sobre tu desconocimiento del tema se podría decir aquello de «Qué atrevida es la ignorancia». En tu división de tipos de corrección y/o revisión mezclas churras con merinas. ¿Cómo no te has informado antes de escribir tan alegremente? Y ¡¿ofreces correcciones?! ¿Pretendes cobrar por ello?, incluso.
Los correctores han de ser profesionales preparados; de hecho, han estudiado mucho más que una filología; son mucho más que lingüistas, lectores beta —como tú los llamas—, tu amiga o tu vecina del quinto. Esta es una profesión y no la puede hacer cualquiera. ¡No al intrusismo!
Me temo que no distingues entre el tipo de correcciones y no sabes en qué consiste una corrección de estilo, una edición o un informe de lectura.
El estilo, paradójicamente, es lo que no se debe tocar en ningún tipo de corrección o edición. No depende, como tú dices, del género literario, la editorial o el público al que va dirigido. El estilo es la voz del escritor, lo que lo distingue de otros autores, y es intocable; lo que se ha de respetar por encima de todo. Por otra parte, «Cuanto menos se corija mejor» es totalmente falso. Se corrige lo necesario, y se trata de otros aspectos bien distintos de los que tú comentas. Una vez más, deberías haberte informado antes de ofrecer servicios seudoprofesionales.
Un editor, entre otras cosas, es el que lo que tú llamas «corrección tramática y estructural». Es un profesional mucho más que «adiestrado».
Esta página está tan llena de falsedades que tardaría demasiado tiempo en comentarla.
Una vez más, ¡NO AL INTRUSIMO!
Firmado,
un editor con más de treinta años de experiencia.
[Y, sí, la duración de tiempo no se escribe en cifras. La puntuación y la ortotipografía son temas muy amplios y complejos, entre otros d elos que confundes arriba.]
No quiero parecer ofensivo, pero muchos de los que habéis discrepado con Audrey, algunos con décadas en el mundo editorial, estáis cometiendo errores de todo tipo que un lector beta os podría haber indicado rápidamente.
Desde mi perspectiva, el mensaje de Audrey es, sencillamente, “cuatro ojos ven más que dos”. No necesitas un estilita profesional para que te diga que te has dejado la bragueta bajada o que tienes una mancha de huevo en la camisa. Por no hablar de que, por lo que llevo leído de determinadas editoriales (o quizá debiera decir determinados editores, no lo sé), muchas veces no es buena idea dejar toda esa labor de pulido en sus manos.
Y esto es todo por parte de un pobre “lector beta” que ofrece su ayuda desinteresada a sus amigos escritores.
(Y a mí se me ha colado “estilita” por “estilista”, lo cual viene genial para recordar que nadie es perfecto y por eso nunca hará daño una revisión extra)
Perdona, pero esos profesionales, una vez estuvieron estudiando y una vez estuvieron buscando trabajo. Si no les damos una oportunidad a los no profesionales nunca van a llegar a serlo y si se ofrecen a corregir una novela es porque saben aunque no se dediquen a ello. Yo estoy todavía estudiando y sé corregir perfectamente y si ahora sé corregir es porque una vez un autor novel me dio una oportunidad. Y ese manuscrito fue publicado y ese autor no se quejó de fallos. Eso sí, las primeras veces lo hice gratis.
Además, yo publiqué una novela en una editorial y mi experiencia es pésima. El corrector me mandó el libro y tenía1000 fallos. Como si no se lo hubiera leído. Prefiero confiar en los no profesionales.
Soy novato, pero, pregunto: ¿si una editorial recibe tu manuscrito, te dice que les interesa y que lo van a leer y tras tres semanas te dicen que sí que te publican; se supone que lo ha leído algún corrector?
En ningún caso me hablan de corregir, ni de corrección -cierto es que soy meticuloso, y la releí y retoqué bastantes veces antes de enviarla. Tampoco la ha leído nadie más. Desconozco cómo funciona este mundo editorial, si alguien me quiere orientar.
Ante todo, gracias por tu comentario y felicidades por tu éxito, Quenton 🙂 Sobre lo que comentas, depende mucho de la editorial. Las editoriales serias antes de publicar siempre van a pasar tu novela por un corrector. En cualquier caso, de momento te han confirmado que la quieren publicar, pero el proceso lleva su tiempo. Así que antes de que tu libro vea la luz probablemente te contactarán para mostrarte los cambios que ha sugerido el corrector. En ciertas editoriales no tienen en cuenta al autor para las correcciones (y algunas muy importantes, incluso. A un profesor del Máster de Escritura Creativa de la Universidad de Sevilla le cambiaron el título, le eliminaron uno de los tres capítulos y le hicieron todas las correcciones que creyeron oportunas. Si le parecía bien, bien, y si no, no se lo publicaban). Pero deseo que ese no sea tu caso y que tu editorial sepa trabajar adecuadamente. En cualquier caso, ante la duda, contacta con ellos y pregúntales todo aquello que te ronde la cabeza.
Un saludo, y esperamos saber de ti más adelante para que nos cuentes cómo va tu aventura.
Hola Audrey!
Pues yo soy lector beta desde hace unos cinco años. Empecé por casualidad leyendo un manuscrito de una amiga que al final fue publicado por una editorial, se fue corriendo la voz, y actualmente lo hago para seis escritores, y me utilizan precisamente para buscar errores, discordancias, faltas escenas que zanjan de forma abrupta, o escenas que alargan y alargan y alargan… etc, antes de enviarlo a una editorial, que se supone debe hacer una corrección “profesional”.
Así que, he pillado a la primera el concepto del post. Es evidente que no vale cualquiera para corregir, pero nunca está de más que las personas de tu entorno te den su opinión.
Esto para nada lo considero “intrusismo”, es más, hay editoriales en los que el corrector brilla por su ausencia, por lo que, procura que tu obra vaya lo más pulida posible.
Un saludo y gracias por la entrada.
Hola me llamo Francisco y quiero quw mi novela sea corregida por un profesional , me pueden ayudar ? Y decie cuanto cuesta ese servicio?
Buenos días, Francisco:
puedes comprobar nuestro servicio de corrección ortotipográfica y de estilo en https://www.literup.com/services/correccion 🙂 Ahí tienes el precio, que varía en función de tu novela.
¡Un saludo!
Problema de los lectores beta, tu relación con ellos. Ya que un lector beta puede no atreverse a decirte la verdad, por la razón que sea. Pero aún así pienso que son totalmente necesarios.
Lo felicito , es muy concreto en sus explicaciones, no como en otras paginas en las que solo tratan de encaminar a las personas para venderles sus servicios.
En lo personal, considero que si es necesario el servicio de un profesional cuando no se tienen amplios conocimientos del idioma, Corregir el primer borrador de una novela, puede ser un infierno cuando no se tiene la educación académica y la cultura necesarios para esa labor.
Todos podemos escribir, pero escribir bien, es otra cosa.
Gracias
¡Buena entrada!
Uno de los mayores problemas que he tenido como correctora es que los escritores a veces dicen “no cambies esto porque es mi estilo” cuando cometen un claro error gramatical o de semántica. Porque aseguran que no es un error y que les gusta así. No hablo de errores intencionales o de marcas de personalidad en diálogos, sino de aspectos más técnicos como el queísmo o el leísmo.
Como autora, mi mayor problema (ya detectado y en el que trabajo a diario) es el de recurrir a la repetición de “todo” y sus variantes como muletilla. Suelo decir cosas como: “Todos los presentes sabían que todas las noches de lluvia se cortaba la luz”. Es claro que es una palabra innecesaria en la mayoría de los casos.
Como correctora, me gustó bastante el post. Eso sí, yo habría comenzado por la corrección de trama, ya que es lo primero que se hace. No tendría sentido iniciar por los elementos ortotipográficos si luego hay que mejorar o reescribir escenas.