Sin lugar a dudas, uno de los consejos que más he dado a conocidos ha sido mantener una rutina en la escritura. La pregunta suele hacer referencia al momento en que están atascados/as en una parte de la novela. Mi respuesta siempre es la misma: escribe y no mires atrás.
El tópico de las musas, artes y artistas es tan peligroso que nos ha convertido en personas que no sabemos cuándo algo debe ser una rutina y cuándo no. E incluso en seres a quienes el concepto “trabajo” frente a “inspiración” les parece algo malo. Quitémonos de tópicos, por favor, y seamos escritores civilizados.
Analízate a ti mismo
Antes de decidir si debes obligarte a escribir o no, párate a analizarte a ti mismo como escritor/a. Desde el primer momento tienes que tener claro que todo lo que merece la pena en la vida conlleva un esfuerzo.
Pero el asunto que nos importa es el motivo por el cuál no estás escribiendo. La procrastinación existe, pero también es posible que la historia que has creado no dé para tanto como imaginabas. Puede que esa desgana literaria no sea necesariamente por tu culpa.
¿Cómo averiguar cuál es el motivo de las pocas ganas de escribir que tienes? Bueno, lo primero es plantearse exactamente qué es lo que no estás haciendo. No es lo mismo tener cero ganas de escribir hasta un tuit polémico (con lo que te han gustado toda la vida) que una escena especialmente dura.
Sé sincero/a contigo mismo y párate a pensar qué es lo que no te apetece hacer. Si averiguas que estás un poco vago, sabes que tienes que obligarte. Pero si te das cuenta de que el tema no te quema por dentro, ignora la rutina en la escritura y comienza de cero. Ese es otro problema y merece ser contado en otra ocasión, por ello nos vamos a centrar en la primera opción: no te apetece escribir.
Ay, las musas
Los escritores que no crean una rutina en la escritura existen. Pocos que publiquen, pero seguro que existir, existen. Asumimos que es “mejor” escribir por inspiración que obligándonos por el tópico de que las cosas no necesitan un esfuerzo. Es como cuando el guapo o guapa de turno agradece su constitución en las revistas. Que pasa tres horas al día en el gym no lo comenta al redactor de turno: no se debe saber que no ha nacido así de cincelado.
Picasso ya lo decía: “Que la inspiración te pille trabajando”, y no podía tener más razón. Sin embargo, es inevitable que haya personas a quienes no les sale con tanta fluidez la escritura de una novela. Y es tan respetable como aquel que va a capítulo por día.
Si es tu caso, no te preocupes porque podemos ayudarte. En primer lugar debes mentalizarte de que te va a sentar muy bien escribir a diario. No te dejes llevar por las inspiraciones, porque no van a acompañarte siempre. Son muy prácticos estos momentos de fluidez momentánea en la que se te ocurren mil ideas en la fase de creación de la historia. Pero debes dejar de trabajar por pulsiones una vez que comienzas la redacción.
Prueba a escuchar música evocadora de tu historia. No busques, eso sí, películas, libros o series sobre el tema. El motivo es que si te distraes con facilidad y no tienes muchas ganas de escribir, seguro que acabas haciendo cualquier cosa menos eso.
Ponte una alarma con la hora en la que debes hacerlo. Pero, por favor, con una música diferente a la que te despierta por las mañanas o acabarás cogiéndole el mismo asco que a esa canción. Os hablo por experiencia.
Rutina en la escritura
Escribir de manera regular es, probablemente, la única manera de tener una carrera regular como escritor. Es posible que, como hemos tratado en el apartado anterior, no sea tanto por una falta de esfuerzo como de una historia sin gracia.
Plantéate qué tienes que poner de tu parte para lograr tus objetivos. Escribir todos los días es imprescindible si quieres acabar tu novela. Pero ese no es el único beneficio.
Si quieres llegar a la fecha que has marcado (o que otra persona ha creado para ti,) tendrás que cumplir unos objetivos. Por otro lado, el trabajo mejora la inspiración. Es decir, si tienes una historia todo el día en la cabeza seguro que tienes muchas más ideas. La rutina en la escritura no solamente te permitirá acabar tu novela, también crear más.
Y, por supuesto, hacerlo con una mayor calidad. Y es que cuanto más escribes, mejor lo haces. Como cualquier otra actividad en este mundo.
¿Cómo conseguir una rutina en la escritura adecuada?
Cada persona funciona de una manera, pero en general existen algunos trucos que te ayudarán a coger velocidad como escritor. No es necesario que te conviertas en Laura Gallego, pero piensa que cuanto más escribas… más te va apetecer.
Marca una hora en la que te obligarás a sentarte a escribir. Esa hora (o momento, si no tienes un horario regular) es invariablemente tuyo. El teléfono mejor en silencio. Música solamente si es necesario. Y ahí tienes el Word.
El problema viene cuando toca juntar palabras. La rutina en la escritura es mucho más que sentarte frente al ordenador. Conlleva un esfuerzo mental. Por ello lo mejor que puedes hacer es abrir tu archivo de trabajo. Comienza leyendo el último capítulo de tu historia. Mantén siempre cerca el cuaderno u hojas en que has “marcado” qué va a suceder, esa escaleta de tu historia que debes tener presente todo el tiempo.
Y empieza a escribir.
Vale, sí, nadie dijo que una rutina en la escritura fuera fácil. Pero es importante que seas capaz de mantenerte. No divagues, ve al grano. No importa tanto qué escribas como que escribas. Las tildes, como puedes observar, lo son todo.
Y recuerda: lo que hagas mal se soluciona en la corrección.
Nuestra pregunta
¿Qué autor identificas claramente con la rutina en la escritura?
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Un consejo adicional: antes de comenzar a escribir, siéntate , cierra los ojos y enfócate en tu respiración y tus sensaciones corporales por 5-10 minutos. Ayuda muchísimo a relajarse, despejar la mente y conseguir ideas.