En los tiempos que corren, hay quien dice que la comunicación ha dejado de serlo porque ya no es bidireccional. Y con los lectores no es una excepción.
Es cierto que cuando hablamos de comunicación tendemos a pensar que el eje central es el emisor, pero no se nos debería olvidar que para que se produzca la comunicación todos los elementos son igual de necesarios.
Emisor-receptor
Así que hoy quiero contaros sobre el que más solemos pasar por alto: el receptor. O, lo que es lo mismo en nuestro caso, el lector. Porque, aunque no nos demos cuenta, siempre hay alguien al otro lado de lo que escribimos, en quien provocamos sensaciones, pensamientos y reacciones.
¿Recuerdas cuando estudiabas literatura? Te enseñaban a leer con los ojos del autor, a entender su vida, su motivación, su estilo… pero nunca nadie te enseñó a ver los libros con tu propia perspectiva, ¿a que no?
Un tal Umberto Eco dijo algo como que es un placer que el publico te escoja, pero es un lujo escoger a tu público. Por desgracia, se trata de un lujo bastante caro para los que queremos darnos a conocer, pero a pesar de eso deberíamos tener al menos una idea de quién esperamos que lea lo que escribimos, y escribir para ese ser que imaginamos en nuestras mentes.
Buscar nuestro público objetivo no es fácil pero nos ayudará a enfocar el texto y a adaptar el lenguaje, además de dar una nueva dimensión a nuestra obra.
¿Para quién escribo?
No te engañes con eso de que escribes “para ti mismo”; a no ser que tengas un diario supersecreto —a veces incluso en ese caso— sabes que quieres que alguien te lea. Plantéate quién es ese alguien, y hasta qué punto se parece a ti.
Si el público a quien va destinado tu relato es distinto a ti (en edad, social o culturalmente, por ejemplo) tendrás que adaptar el lenguaje, el estilo o incluso el narrador.
Y es que aunque cualquiera podría leer tu historia, no es lo mismo escribir una novela de terror que un relato histórico o cuentos infantiles. Puede parecer que los lectores en el segundo caso serán más exigentes, pero en términos de lenguaje a utilizar tal vez sea mucho más complicada cualquiera de las otras dos opciones.
Una vez que tengas claro para quién escribes idealmente, ponte en su lugar. A ti te gusta lo que escribes pero, ¿le gustará a tu público?
Es muy fácil escribir para tu círculo de amigos, que te conocen y están condicionados por esa amistad, así que te propongo un reto: sal de tu zona de confort e imagina que tu novela llega a manos de alguien totalmente opuesto a ti. ¿Cuál crees que será su reacción?
Cuanto más amplio sea el público que quieres abarcar, más neutro deberá ser tu lenguaje, pero eso podría hacer que tu obra pierda personalidad por el camino. Por eso es importante enfocarte a un público concreto que te guíe en todo el proceso. Cuanto más “tuyo” sea lo que escribes, más suyo lo harán los lectores.
Mimar y valorar a los lectores
Acepta que tu obra, en el momento en que alguien la lea, ya no va a ser sólo tuya. Tienes que pensar que el mensaje que quieres dar puede transformarse y deformarse, y eso, aunque no lo parezca, es positivo.
También debes dejar de dar por hecho que los lectores son tontos o analfabetos si no “entienden” lo que tú has querido decir. Respeta a tus lectores y ellos te respetarán.
Antes de ofenderte por una (mala) crítica, piensa desde la perspectiva de quien la haya hecho y hazte unas preguntas básicas:
- ¿Es esta persona parte de mi público objetivo?
- ¿Qué aspecto de la novela está criticando? (el estilo, la trama, el ritmo, los personajes…)
- ¿Se trata de una crítica subjetiva?
- ¿Sirve esta crítica para ayudarme a mejorar sin perder el enfoque que yo tenía?
Una vez que te hayas hecho todas estas preguntas, empieza por agradecerla. Y, si es posible, utilízala para mejorar en el futuro. Si claramente tu obra iba destinada a otro público, deja constancia de ello.
50 sombras y versiones
Para terminar, me gustaría poner un ejemplo muy claro de cómo la visión del receptor puede transformar una obra. Si has leído la trilogía de 50 sombras de Grey, seguro que no te ha dejado indiferente. Para bien o para mal. Incluso si no la has leído puede que tengas una opinión. Si te interesa la mía, la tienes en mi blog.
Esta trilogía tiene un público muy claro, ¿verdad? Si eres parte de ese público objetivo como yo, puede que te hayas dado cuenta de que en realidad la protagonista es mucho menos sumisa de lo que parece. Y en realidad esa relación la que manda es ella. O puede que, simplemente, envidies esos juegos eróticos o los hayas aprovechado para reactivar tu vida sexual.
En cambio, varias personas (varones, en su mayoría) han criticado esta obra porque da a las chicas adolescentes la idea de que la sumisión es algo bueno. Para empezar, no se trata de una novela para adolescentes. No he hablado con ninguna que lo haya leído para corroborarlo. Pero apuesto a que su visión no sería para nada esa.
Una sola historia, varias versiones.
Nuestra pregunta
¿Cuál es el libro que más tuyo has hecho como lectores?
4 Comments
Buen texto, mal ejemplo (en mi humilde opinión). Pero coincido plenamente con la idea central del artículo: un escritor te termina de atrapar cuando desde la confortable óptica de lector dices “eso también lo podría haber escrito yo”.
Gracias, Miguel.
La verdad es que a mí personalmente siempre me ha parecido más difícil el papel de lector que el de escritor. Aunque la gente no lo crea, los lectores tienen una enorme responsabilidad (o al menos deberían, creo yo).
Me ha gustado el artículo, creo que tiene razón. Hay momentos en que los escritores se molestan porque reciben una mala crítica, pero yo creo que esas te hacen crecer tanto como las buenas. Nadie es monedita de oro y obviamente en la literatura tenemos ejemplos de ello como en ningún otro campo.
Me gustaría que pudieran publicar un artículo acerca de como acercarse a los lectores cuando escribes en un blog, porque no todos tienen la dicha de haber sido publicados y en ocasiones hay personas que realmente no desean ser publicados pero si dar a conocer sus escritos, sin embargo veo que en los blogs a veces las personas no comentan y uno como creador del contenido queda sin saber que piensa el público.
Gracias por el artículo.
Hola, Aslan 😀
Tienes razón, recibir comentarios es muy complicado. Nos apuntamos el artículo para hacerlo. ¡Gracias por la sugerencia! ^^