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Hacerse un autor conocido no es tarea fácil. Podemos tener un blog que resulte el mejor escaparate para mostrar la creatividad, pero no será suficiente para alcanzar la deseada fama. Es cierto que al publicar contenidos tenemos ya la primera batalla ganada. Aquí estaremos ante la materia prima que da sentido a todo. Y entonces os preguntaréis, ¿qué es lo que nos faltará?

Sin duda la respuesta está en el alcance de la audiencia. A través de su aprobación sabremos si estamos o no en el camino acertado. Conseguir difusión de nuestro trabajo será el motor que nos lleve al reconocimiento. Por eso, se convertirá en fundamental el guestpost para llegar a tener notoriedad. Bajo este término hacemos referencia al denominado ‘post de invitado’.

De un tiempo a esta parte nos hemos llenado de términos en inglés que se han convertido indispensables del día a día. Esto se acentúa todavía más si tenemos un blog. El marketing online está plagado de anglicismos. Es fácil que si eres nuevo, te encuentres rodeado de palabras que no te suenan a inglés, sino a chino.

No desesperes, porque esa sensación de no entender nada es universal para todos cuando nos adentramos en la blogosfera. Lo normal es que con el uso estas expresiones se incorporen en nuestro vocabulario de la forma más natural.

Pongámonos a prueba y veamos hasta dónde sabemos sobre el concepto de agente literario. Si la primera imagen que os evoca esta figura es la de un ser casi divino dotado con anteojos (resulta todavía más severo) y aspecto distante, tenemos importantes motivos para seguir leyendo. Al final del artículo espero que esa imagen haya cambiado y controléis todos los mecanismos que rodean a este tipo de intermediarios.

El primer paso para ofrecer una visión auténtica de lo que es un agente literario nos lo da el propio contexto. Se sitúa como el mediador entre el escritor y las editoriales. Su función empieza con la necesidad del escritor por ver reconocido su trabajo. Aquí es donde el agente literario entra en acción para poner en el mercado las obras de sus representados y lograr con ello el mayor beneficio posible.

Muchos escritores lo tendrán claro desde el principio. Junto con la trama de su historia también les acompañará un nombre para la obra. Esto les servirá de punto de partida. Ellos serán de los privilegiados que cuenten desde el origen con una guía porque, por lo general, escoger el título para una novela es una de las partes más complicadas.

Le podemos dar muchas vueltas y seguro que dudaremos entre la búsqueda del impacto o de lo emocionante. El título en sí mismo será ya una clave interpretativa, tal como definió Umberto Eco en su explicación para la decisión tomada en El nombre de la rosa. Su elección se debió a que la rosa es una figura simbólica llena de significados. Para él representaba al laberinto que escondía el tesoro de los libros.

Un escritor, además de escribir y publicar contenidos, debe centrarse en crear contenidos en diferentes formatos para distribuirlos a través de diferentes canales de comunicación para sus lectores, con el fin de crear su comunidad de lectores y su marca personal como escritor.

Teniendo en cuenta en la era en la que vivimos y que las nuevas tecnologías están implantándose a un ritmo vertiginoso, podéis haceros una idea de los canales a los que me refiero: Facebook,Twitter, Youtube o un blog.