Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti)

Nos gusta retarnos a nosotros mismos, descubrir el porqué de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Una de detectives es el elixir perfecto para armar puzles este verano. ¿Serás capaz de descubrir el misterio que se oculta detrás de las pruebas de El secreto de la mansión Flint?

Realizamos el sorteo de un ejemplar desde el miércoles 7 de agosto hasta el miércoles 14 de agosto en nuestra página de Facebook.

Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.

El secreto de la mansión Flint

Empezaremos con una breve sinopsis:

En un pequeño pueblo de la costa suroeste de Inglaterra un importante médico es hallado muerto en extrañas circunstancias. Existen pruebas que apuntan al robo y posterior homicidio.

Un heterodoxo inspector veterano de guerra llamado Lawrence Sinclair será el encargado de solucionar el caso. Su investigación nos conducirá a un inesperado final que mezcla tragedias personales ficticias con personajes de renombre histórico.

Juan Francisco Escudero Sánchez nació en Madrid y se dedica a la Informática. También “es lector, curioso y escritor”. En el año 2005 publicó su primer libro, dedicado a su ídolo Drazen Petrovic. Sin embargo, fue la lectura de Hercules Poirot la que le ha llevado a la novela policiaca y a la creación de personajes de ficción.

 

Los pros

Enfoque en primera persona

El punto de vista de El secreto de la mansión Flint es muy acertado. El proceso policial es analizado desde la mirada del protagonista, que ni es detective, ni es víctima, ni es delincuente. Se trata de un simple ciudadano de a pie que se encuentra envuelto en la trama y al que el detective a cargo del caso decide dar ciertas licencias.

De esta forma vemos gran parte de la investigación, pero de una forma amateur, más intensa. Muchas veces la viviremos incluso del lado de los propios sospechosos, y otras con ciertas lagunas. Todo esto hace que el final sorprenda, ya que el propio protagonista no ha conseguido armar todo el puzle.

 

Proceso policial elaborado

Si hay algo que llama la atención de El secreto de la mansión Flint es la meticulosidad de la investigación. Existe una gran cantidad de elementos capaces de mover el péndulo de la culpabilidad de un lado a otro.

La diferencia entre una reacción y otra, o un mínimo detalle fuera de lugar durante la noche del asesinato harán que el agudo inspector Sinclair y su compañero Abbot cambien drásticamente el rumbo de sus investigaciones.

Sin duda, se trata de un crimen difícil de resolver por su complejidad oculta. Además, vemos solo parcialmente a través de los ojos del protagonista. El efecto es, por tanto aún, más desesperante y atractivo.

 

Personajes con carácter

Ya hablábamos al inicio del inspector Sinclair, un hombre con un pasado turbulento y un presente doloroso. El mejor de su especie. Es un personaje que consigue atraparte dentro de su mundo dedicado a los puzles humanos y juegos psicológicos.

El propio protagonista, James Jarman, marinero atado a la rutina que descubre una vida apasionante que nunca podrá vivir, termina haciéndose entrañable para el lector. Su intento por ser mejor, por sorprender a su maestro y por hacer la cosas bien nos guía a través de la novela, que termina para Jarman de manera tristemente cíclica.

También el servicio de la mansión y la familia Flint al completo tienen una personalidad muy desarrollada en la novela. De alguna forma todos ellos son piezas clave en el desarrollo de la trama y la investigación del crimen.

 

Integración de la trama dentro de la historia

El secreto de la mansión Flint nos habla de los Beatles, de Kennedy y de jugadores de fútbol de los años sesenta, como Charlton. Estos datos nos hacen localizar la trama dentro de un período de la historia existente. Dan credibilidad a los hechos que se desarrollan.

 

Los contras

Errores en el formato

Lo que primero nos entra por el ojo es una cuestión algo desalentadora. Los diálogos no están bien puntuados en la mayoría de los casos. Recordemos que debe emplearse el raya (—) y no el guion (-).

También encontramos palabras a las que les faltan letras, y otras acentuadas incorrectamente, como el caso de “fé”. Todo esto hace que la meticulosidad que requiere la novela, y que efectivamente encontramos en la trama, se venga abajo de un plumazo.

 

Estilo muy descuidado

Este es el punto que más desmejora El secreto de la mansión Flint. Hay un abuso de frases larguísimas, con muchas subordinadas en las que el sujeto va cambiando. Las comas, además, no saben encontrar su sitio. Se hace necesario volver sobre lo leído constantemente para entender lo que el texto intenta decirnos.

«Por entonces no era más que un joven inexperto, creo que aún sigo siéndolo, mi vida había sido prácticamente desde siempre el mar y nunca me había enfrentado cara a cara con un misterio de tal calibre», página 3.

La mayoría de los párrafos que encontramos son eternos, de hasta veinticinco líneas, y existen errores básicos en la expresión.

«Los primeros rayos de sol se dejaban entrever a través de la persiana, en ese momento abrí los ojos. Había dormido poco y mal aquella noche, circunstancia por otra parte muy normal en mí desde hacía años durante la época en la que estaba en alta mar y que se extendía a los primeros días después de abandonar el barco. Los médicos que había visitado con el objetivo de consultar mis frecuentes trastornos del sueño siempre me habían aconsejado que intentara liberar la mente de preocupaciones, que tratara de relajarme justo antes de irme a dormir o que simplemente me decidiera a probar algunos medicamentos de nuevo cuño, cosa a la que siempre me había negado en redondo», página 9.

Un comienzo que no engancha

En El secreto de la mansión Flint no se consigue ese enganche perfecto que debe tener toda novela policiaca al inicio. Es cierto que el autor logra cierto punto de empatía con la primera persona, pero aún así el principio es excesivamente nostálgico y pesado en el estilo.

Los tres primeros capítulos son bastante estáticos. No se consigue desarrollar adecuadamente la relación entre el protagonista y su amigo Connor Flint.

El secreto de la mansión Flint

Mi PoV

Siendo honesta, no me ha entusiasmado. La apariencia externa tira mucho para atrás. Aunque es cierto que la trama en sí podría ser atractiva para muchos amantes de la novela policiaca más clásica, creo que le hace falta un buen lavado de cara en cuanto al estilo y un comienzo algo más ágil.

Otro punto que a título personal no me ha gustado es el uso de todos los elementos y tópicos de una novela policiaca al más puro estilo Agatha Christie: una mansión, un anciano a punto de repartir una herencia, un brandy envenenado y un detective con ciertos problema de ego. Creo que entiendo el intento por recrear esa misma estética, pero me hubiera gustado que el autor hubiera aportado algo más novedoso y de su propia firma.

 

Nuestra pregunta

¿Consideras la novela policiaca un género cerrado a ciertos cánones ya establecidos? ¿Deja poco lugar a la improvisación con nuevos elementos?

 

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Author

30 años. Madrid. Licenciada en Comunicación Audiovisual y especializada en Cinematografía y Publicidad.

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