Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti).
Empieza un nuevo año en el que lo único que deseamos es seguir creando críticas para vosotros. ¡Nada de ir al gimnasio! ¡Nada de dejar de fumar! Escribir, escribir, escribir… Y así llega La ira del unicornio, segunda parte de La lágrima del guardián, una obra también analizada por Literup.
Realizamos el sorteo de un ejemplar desde el jueves 5 de enero hasta el jueves 12 de enero en nuestra página de Facebook.
Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.
Empezaremos con una breve sinopsis:
Cory ya está integrado en el mundo mágico, que descansa protegido tras los acontecimientos de la primera entrega. Sin embargo, el malvado Necrótanom aún no ha sido derrotado. Cuando la Tierra se vea invadida por unas sombras que poseen a la población, ¿serán capaces de encontrar una solución a tiempo, antes del resurgir completo del mal?
C. J. Cilleros nació en Madrid en el año 1979. Nunca ha trabajado en el mundo literario, pero eso no le ha impedido continuar con esta historia en su segunda novela. Su afición a los cómics, la fantasía, la ciencia ficción y los juegos de rol es combustible suficiente para transmitirnos su deseo de que creamos en la magia.
Los pros
El inicio
Al contrario que en la primera novela, el inicio de La ira del unicornio es un acierto. A pesar de ser una continuación directa de La lágrima del guardián, el autor aprovecha un viaje que realizan los protagonistas como estrategia para introducir nuevos elementos y recordar al lector otros que ya aparecían. Estos son, por ejemplo, la mercurina, el uso de la magia o la muerte de la hermana del protagonista. Sin embargo, estas repeticiones no se vuelven redundantes ni innecesarias.
También se diferencia de la primera entrega porque este inicio tiene más acción y entramos en materia mucho antes. Sabemos a qué se enfrentan y sabemos qué deben hacer los personajes sin tener que esperar a toda la introducción del worldbuilding, explicado en la primera novela.
En el inicio es, además, donde los padres de Cory descubren toda su situación. Al contrario que en muchas novelas de elegidos, aquí los padres son parte consciente de la magia y de la verdadera historia del protagonista. El desarrollo de esta cuestión es interesante y potencia el vínculo familiar:
«Para que pudieran ver con sus propios ojos la sorprendente realidad de la que su hijo era protagonista. […] Se levantaron del sofá, le abrazaron y le besaron con cariño», página 70.
Construcción y evolución de los personajes
Vemos como un gran acierto que todos los elementos de la primera novela se asienten aquí, evolucionen e incluso se vean potenciados. La construcción de personajes está mucho más desarrollada. Ya no se sostiene por los estereotipos.
No hay una necesidad urgente de introducir nuevas tramas, personajes y demás para recuperar el interés en la historia de Cory, como ocurre con otras sagas (véase el último libro de Harry Potter), sino que el autor ha creado elementos potenciales que pueden utilizarse sin que se agoten.
La acción no se basa únicamente en peleas, sino que se añaden carreras de serpientes voladoras, viajes al otro mundo y un golem de platino propiedad de nuestra querida Gema, la bruja minera. Además, todavía hay alguna sorpresa de quién es quién muy bien llevada. Ya puedo adelantaros que esta lectura engancha más que la primera. Se nota la evolución no solo de la historia, sino del autor.
Aquí podemos poner como ejemplo la relación entre Cory y Dáriel, su mascota (un fénix de hielo):
«Dáriel emitía un sonoro graznido como muestra de ánimo y orgullo», página 51.
También tenemos a la antigua compañera de los protagonistas, que se pasó al bando de los enemigos y ahora se arrepiente, pero no puede volver atrás:
«—Nosotros te protegeremos.
—No, te equivocas […] Necrótanom nunca permitirá que nadie le traicione o se interponga en su camino. —Unas delgadas lágrimas […]», página 39.
Hay que añadir aquí en el apartado de construcción de personajes que la trama aumenta el interés con la aparición de un segundo antagonista, Gurak, que tiene deseos diferentes a los de Necrótanom, el Unicornio Negro.
Cory y Álex
Como comentaba en la crítica de la primera entrega de la saga, se intuía un sentimiento amoroso entre el protagonista y su mentor que el autor no se atrevía a realizar. Sin embargo, debo pedir disculpas a nuestros lectores, pues estaba totalmente equivocado. No es que el autor no se atreviera a dar el paso, sino que estaba fraguando esta relación a paso lento, pero seguro, creando una evolución lógica y potente en la misma, que vemos culminada en esta La ira del unicornio.
«A pesar de su apasionado beso en el Triángulo del Dragón, ninguno de los dos se había atrevido a expresar lo que sentían abiertamente el uno por el otro, aunque ambos lo sabían a la perfección», página 49.
Esta lentitud hace que el lector comprenda mejor el porqué de esta relación, que, aunque en ningún momento se haga mención (ni explícita ni implícita) a que son dos chicos, puede chocar a algunos o a otros. No obstante, yo recomendaría esta lectura incluso en los institutos.
Aplaudo el valiente uso de la sexualidad en el protagonista en una novela con este público objetivo, que no suele tener referentes de este tipo con los que identificarse y que se están volviendo tan necesarios.
«Seguía sin explicarse por qué los sentimientos hacia el fénix eran tan fuertes, y eso le inquietaba. Jamás había sentido algo parecido por nadie […]. El onírice era consciente de los sentimientos de Cory…», página 23.
Los contra
Bálastar, el Gran Unicornio Blanco
Sé que estas críticas son para personas que han leído o están leyendo la novela, pero me veo en la obligación moral de avisaros de que lo que viene a continuación puede destriparos datos importantes de, ojo, la primera novela, que no de esta.
Bálastar es el hacedor de todo el mundo mágico. En la primera novela muere al final tras revelarle al protagonista que tienen un parentesco de abuelo y nieto. Sin embargo, su espíritu, un residuo de su magia, reside ahora en la llama que protege a Núbbalis de los enemigos.
Aunque en la anterior entrega el unicornio no aparece hasta el final, durante todo el texto se intuye como un ser que encarna la esperanza de salvación para la magia y el mundo. Sin embargo, en la segunda novela, se muestra como alguien pesimista, incluso derrotista, ante los obstáculos y el avance de nuestros héroes.
«—En ese caso, estamos perdidos. La Tierra y Núbbalis no tienen ninguna oportunidad. Es el fin», página 164.
Algunas (pocas) justificaciones
El autor todavía explica a través de sus personajes el porqué de que las cosas sean de una manera y no de otra. Parece como si tuviera que justificar lo que escribe delante de los lectores. Sin embargo, esto está un poco más conseguido que en La lágrima del guardián.
«—Y a ninguno se os ocurrió usar ese anillo para atraer a las lágrimas de plata? —insinuó Cory con la ceja levantada y el tono sarcástico.
—Cory, ¿de verdad piensas que si este anillo hubiera tenido ese poder no lo habríamos usado? —respondió Tahy con arrogancia—. Bueno… de acuerdo. Fue lo primero que hicimos, pero como es lógico, no funcionó. —Cory esbozó una amplia sonrisa mientras su amiga se ruborizaba a su lado», página 14-15.
El autor justifica la curación de sus personajes utilizando una pócima curativa llamada medisérum, que es demasiado milagrosa para mi gusto. Así, no reúne el valor suficiente para matar a otro de los protagonistas en un momento de evolución para el protagonista, amparándose en el medisérum. Aunque luego la resolución sea interesante, en ese momento choca.
Errores y erratas
Repetimos el mismo y fatídico error que en la primera entrega: coma entre sujeto y predicado en la primera línea del texto. Un error que, además, se sigue viendo a lo largo de la novela.
«Dos espantosos ojos oscuros forjados en el incandescente metal del Portón Negro, observaban…», primera página, primera línea.
«La chica de quince años y piel café, tenía fijos…», página 10. Coma entre el sujeto y el predicado que se puede solucionar colocando otra coma entre «chica» y «de».
«Las ocho largas y puntiagudas patas, rayaron los adoquines», página 90.
El autor sigue utilizando comillas inglesas en lugar de comillas latinas a lo largo del texto. O con las mayúsculas, indica un grito fuerte en las intervenciones directas de diálogo:
«“Esperemos que eso no haya cambiado» —pensó para sí mismo». Además, hay una cursiva inexplicable en este pensamiento, que no debería ir dialogado: en lugar de la raya delante de «pensó», iría una coma.
«CERRRADO», página 85. Y no, no he sido yo quien ha puesto una R de más.
Otros:
«—[…] Lo llaman El Paso, y si, es aquí donde estamos todos los fantasmas», página 232. Afirmación, no condicional, por lo tanto, llevaría tilde.
Estos errores tan simples me hacen pensar que lo único que separa este texto de una redacción impecable es una corrección profesional. Creo que ya lo hemos comentado más de una vez. Y es un tema que repiten hasta la saciedad todos los autores autopublicados.
Sin embargo, siempre encontramos este problema con las novelas que nos llegan de ciertas editoriales de autoedición. No podemos ponerle una pistola en la cabeza a nadie para que corrijan sus novelas, pero sí mencionar aquí este problema para que los escritores noveles se piensen muy bien los pasos que quieren dar al inicio de su carrera literaria.
Mi PoV
Al terminar la novela te das cuenta de que habrá una tercera parte. Esto es algo que últimamente me echa para atrás como lector, pero ¿sabéis qué? Me alegro de que esta saga tenga más partes, porque la estoy disfrutando.
Tiene una primera novela muy titubeante, muy primeriza. Pero que si eres capaz de superar, podrás disfrutar con creces el resto de entregas. Además, este final hacia la tercera parte es muy valiente. Porque tampoco es una batalla final, sino que es una situación de paz muy sorprendente y acertada.
En resumen, en La ira del unicornio se mantienen los aciertos de la primera entrega de estos Creadores de magia y se solucionan varios de los aspectos negativos que criticábamos en la novela anterior. Recomendada.
Nuestra pregunta
¿Sois de los que revisarían su propia obra una vez publicada, tipo La torre oscura, de Stephen King, o no tocaríais nunca nada y seguiríais adelante?
Afiliados a Amazon
De nuevo, aprovechamos para recordaros que participamos en el programa de afiliados de Amazon, así que os invitamos a comprar los libros a través de nuestros enlaces.
[amazon_link asins=’B077J5VHRT’ template=’ProductCarousel’ store=’ellibdelesc-21′ marketplace=’ES’ link_id=’c19823c3-75e1-4d77-bb1d-6c82e0b202b5′]
1 Comment
Me temo que si, nunca paro de darle vueltas.
Buen trabajo, un privilegio para un autor recibir tal regalo, aunque tambien duela.