Si tú también te has hecho esta pregunta más de una vez, no te preocupes, que tenemos una respuesta: porque no pones suficiente empeño.
Vale, no funciona para todo el mundo, pero con las correcciones suficientes dejarás de plantearte por qué no eres un buen escritor. Puede que no pases a sentirte un Cervantes de la vida, pero seguro que mejoras tu narrativa.
¿Puedes aprender a ser un buen escritor?
Es posible que te estés haciendo esta pregunta delante de tu obra, triste, lloroso, sobre un folio en blanco: ¿por qué no eres un buen escritor? Si estuviéramos hablando de psicología, podríamos plantearlo desde otra perspectiva: ¿la calidad literaria es innata o aprendida?
Depende de muchas cosas y cada uno tiene su opinión. Para nuestra directora, Meritxell Terrón se trata de un instinto, más que de otra cosa. “El talento, como se suele mal llamar, es un instinto para desentrañar las herramientas de escritor. Pero si no las aprendes bien, las dominas y demás, eres flor de una noche” apunta.
La abajo firmante opina algo parecido. Y es que, aunque hay quien nace con un talento innato, es necesario el trabajo. La buena materia prima sin esfuerzo es eso: materia prima. Ahora mismo estoy con Para escribir cuando no estés, una antología de Javier Pavón Amo. Este chico escribía bien con cinco años. Que se haya formado lo ha mejorado, pero ese “alma” literaria, con eso se nace. Pero ojo, esta es mi opinión.
¿Por qué no eres un buen escritor?
Esta pregunta está detrás de cada pensamiento crítico que te plantearás sobre tus textos. Yo no puedo darte una respuesta concreta. En algunos casos será por la ausencia de alma. O, tal vez, por el exceso de esfuerzo. En todos los demás, por los siguientes puntos.
La imitación es peligrosa
Siempre se ha dicho (nosotros mismos) que la mejor manera de aprender es imitar. Vale, sí, es cierto. No pasa nada por “copiar” a aquellos a quienes admiras literariamente hablando. El problema sucede cuando te inspiras demasiado en la obra de un artista.
Si no eres capaz de desligarte de ese escritor, difícilmente dejarás de preguntarte por qué no eres un buen escritor. Al corregir tus textos intenta encontrar esas expresiones recicladas o esas palabras que tu personaje no usaría. Detectando tus fallos poco a poco es la única manera en que corregirás esa manía de imitación al autor.
La regla de los videojuegos
Tú sabes lo que sabes, pero tus personajes no. Si hay que apagar un fuego tienes que llenar el cubo de agua. Pero si tu personaje no lo tiene claro, no se ha desbloqueado la acción, no podrá. Eso es lo que sucede en los videojuegos. En ellos, los protagonistas tienen una serie de acciones limitadas. No puedes crear de la nada algo que quieran hacer, tiene que haberse desbloqueado en sus vidas previamente.
Lo mismo sucede con los personajes de tu historia. Si das hechos por sentado, no tendrá sentido que hagan algunas cosas. No es que no puedas asumir algo, pero intenta justificar todo lo que puedas que sus acciones tengan sentido.
Escenas obligadas
Este tipo de situaciones son muy habituales. El “tengo que escribir una acción porque es necesaria para la historia, pero no me apetece nada” son muy comunes. Especialmente cuando ya has pasado la euforia inicial del escritor. Y, sin querer, acaban siendo muy flojas dentro de la historia.
Pero, la verdad, no tenemos ningún truco para eso. Simplemente ten paciencia y hazlo poco a poco. Personalmente sí que te recomiendo que no lo dejes pasar. Si necesitas dedicarle tiempo o cambiar cosas, puedes hacerlo al final sin ningún problema. Pero no dejes de escribir.
Cómo ser mejor escritor
Esa es la pregunta del millón. Por eso te traemos algunos trucos que si bien no te van a solucionar la vida literariamente hablando, sí pueden hacer que dejes de pensar por qué no eres un buen escritor.
Narradores sencillos
Hace un par de semanas se publicaba un artículo sobre la voz de tus personajes, hoy hablaremos de los narradores de una novela.
Sobre todo, tienes que pensar que ha de ser coherente con la historia, el contexto y el lector. De nada sirve que en una historia que no necesita una voz narrativa muy extraña uses una tercera persona del plural.
Piensa que, siempre, lo más importante es la lógica. Haz historias con sentido común en general y podrás disfrutar de su narrador. Déjate de experimentos complicados para el lector si no tienen lógica. Lucirte escribiendo una novela que no entiende nadie más que tu madre y tú es muy poco práctico.
Investigar hasta el infinito y más allá
Una cosa que choca mucho en las novelas es la ausencia de la búsqueda de contexto. Esas expresiones que no se utilizan en el siglo XIX o la aparición de un bikini en una novela histórica de 1923. Son ejemplos de lo que no hay que hacer si quieres lograr la suspensión de la incredulidad de tu lector.
Así que investiga todo lo que sea necesario y tómate el tiempo que necesites. Es mejor preguntarte qué tienes que saber antes de por qué no eres un buen escritor.
Los pedestales, para las figuritas
En Los idus de marzo, Ryan Gosling le decía a George Clooney que la primera regla en la política era no acostarse nunca con la becaria. La primera regla en la escritura es no considerarte intocable, incorregible, perfecto.
No dudo de tu excelente pluma. De hecho, pienso que si estás leyendo este artículo es una mejora. Buscar ayuda siempre es el primer paso, pero eso no significa que no tengas que bajarte de tu pedestal.
No creas que eres mejor que otros, que no necesitas correcciones ni trabajo. Es más: puedes ser un escritor genial de relato pero no de novela. O al revés. Incluso puedes crear como nadie, pero no saber desarrollar diálogos.
Sea como fuere, asume que no eres perfecto y plantéate cómo bajarte del pedestal en que estás. Además, recuerda que cuanto más alto te crees que estás, más te duele al caer.
Nuestra pregunta
¿Cuál crees que es tu mayor fallo como escritor/a?
3 Comments
Me ha gustado mucho la idea del pedestal, pero me ha generado una nueva pregunta: ¿esta idea es solo para escritores en sus comienzos o para toda su vida literaria?
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Hola!
Lo cierto es que es algo muy habitual en los escritores, en general. Yo lo aplicaría a toda la vida literaria de un escritor. Al fin y al cabo todos cometemos errores, desde el mejor hasta el novato de turno. La experiencia es un grado y probablemente se cometan menos con los años, pero no podemos pensar que estamos libres de pecado en ningún momento.
Muchas gracias Alberto!
Pues lo que más me desespera de mi, como escritor, es que soy un desastre puntuando y ortotipográficamente. Muy despistado. He hecho verdaderas salvajadas como escribir “haber” como ” a ver”… solo es un ejemplo, sabiéndolo perfectamente.
Lo demás, veo que lo puedo arreglar, pero es leer mil veces un texto y encontrar algo cada vez. Me desespera mandar a un concurso un trabajo y al releerlo encontrar veinte gazapos que no habían aparecido en la cien lecturas precedentes.
Se que la solución más inmediata es encontrar alguien que te corrija, pero a veces es imposible por lo que exige a un amigo o por lo que cuesta económicamente.
Sigo intentando ser mejor, también en esto, pero reconozco que es lo que más me preocupa, es como si me faltase lo básico, y por muy bueno que sea lo que lo sigue, ya no lucirá como debe.