¡Literup ya está en casa de nuevo! Después de 24 horas de coche entre ida y vuelta estamos sanos y salvos en nuestro cuartel general (eso sí, aún muertos de cansancio).
Y como no podía ser de otra manera, os traemos una pequeña crónica del festival Celsius 232, pero de lo que vivimos desde nuestro stand.
¿El motivo? Pues que apenas pudimos ir a ninguna actividad, ya que no paramos de trabajar y hablar con los asistentes. Una lástima, pero fue una experiencia totalmente distinta a la esperada, muy positiva.
Día 0
Para no variar, llegamos media hora tarde a la cita con Víctor Blanco, autor de Crónica del rey cautivo, la cual iba a presentar en el festival, y Claudia (Una filóloga en la buhardilla) porque no nos cabían todas las cosas en el coche. Nos perdonaron y rápidamente nos pusimos en marcha.
Nos aguardaban 11 horas de conversaciones literarias, curvas mareantes por unos paisajes preciosos de Huesca (renombradas como Curvas de la Bilis por Victor), amenazas de abandonarlos en gasolineras cuando no compartíamos gustos y comer en un bar de carretera muy rústico.
Tratar de acercar el coche a nuestro stand fue una odisea porque Google Maps nos llevaba por una calle por la cual no se podía acceder y dimos tres vueltas enteras a la zona (yo ya estaba al borde del llanto).
Finalmente, encontramos por dónde se tenía que avisar para que nos dejaran pasar, aunque nos dijeron que esa entrada no era (la organización nos indicó luego que sí que era esa, pero bueno), así que tuvimos que dar oooootra vez la vuelta.
Nos encontramos con unas casetas de madera preciosas, pero he de confesar que me esperaba más. Había como unas diez y dentro de la carpa otros cinco o seis stands. Lo dejamos todo listo para abrir al día siguiente.
Allí conocimos a nuestro compañero de stand, Jorge Campos, autor de la trilogía ‘El fin de la quinta época’, que también se había pegado sus horas de viaje desde Plasencia, Extremadura.
Después nos llevamos a Claudia al hotel donde nos alojábamos los tres y nos dormimos en nada, reventado por el viaje. Eso sí, lo poco que vimos de la ciudad me encantó. Es un lugar que conserva un estilo antiguo, con muchos toques victorianos. Precioso, de verdad.
Día 1
¿Sabéis eso de que cuando vas de viaje te pasa todo lo malo que te puede pasar? Pues el día amaneció lloviendo. Por suerte metí en la maleta UN pantalón largo y UNA sudadera. Lo remarco porque el clima no mejoró mucho excepto el último día y quiero aseguraros que tengo más ropa aparte de la sudadera de ‘La noche estrellada’ de Van Gogh. Creedme.
Como podréis imaginar, durante la mañana del miércoles no se acercó por allí ni Peter (aún desconozco por qué se dice esta frase, pero ya me entendéis). Lo peor fue que como nos mojamos ahora tengo un constipado de caballo y os estoy escribiendo en un estado febril.
Aprovechamos la mañana para hacer e imprimir los carteles del concurso de fotografías “Se te ve la pluma”. Avasallamos a los pocos que pasaban para que escogieran entre los marcapáginas de ciencia ficción y fantasía, y les animamos a que se hicieran la foto con nuestra pluma gigante.
Por la tarde, me escapé del stand para ir a la presentación de Víctor en representación de Literup. El presentador le halagó muchísimo, ya que le gustó el hecho de que no fuera la típica novela de fantasía, sino que pasa toda la trama en una ciudad mediterránea. ¡Y gané un dibujo original de Víctor! Pero no os voy a contar nada más de ella, tendréis que esperar a leerla.
Día 2
El jueves amaneció con sol y me faltó tiempo para tuitearlo.
Hoy amanece en #celsius2015 con algunos rayitos de sol, que ya tocaba. Y nosotros seguimos aquí 🙂 pic.twitter.com/KaRfAamEtE
— Literup (@LiterupES) July 31, 2015
Pero como soy una ceniza, luego se puso a llover.
Ese día nos hicimos fotos con los chicos de Orden 66 Asturias y estuvimos charlando con Manlima Cosplay, una pareja majísima, que nos estuvieron explicando cómo hicieron sus disfraces, el tiempo que les llevó tenerlos listos, etc.
También conocimos a los chicos de Hangar Rebelde, una tienda de mangas y juegos de mesa y rol de Ovido, que tenían su stand en la carpa de actividades.
Asimismo, estuvimos preguntando por las redes sociales y en persona si eran de fantasía o de ciencia ficción.
Aquí @OliRodriguez99 @EvaRodriguez129 nos cuentan que #yosoyde fantasía. ¿Y vosotros? pic.twitter.com/g1AOsdkMEn
— Literup (@LiterupES) July 31, 2015
Dia 3
Esa mañana abrimos un segundo concurso, en este caso de microrrelatos. Los valientes participantes tenían que escribir un máximo de 20 palabras incluyendo los siguientes elementos de los Rory’s Story Cubes:
Por la tarde nos entrevistaron en Radio María, ya que estaban haciendo un programa en directo en la misma plaza que nosotros y quisieron que les explicáramos en qué consiste Literup.
Día 4
Por la mañana se hizo un cosplay multitudinario en homenaje a Terry Pratchett con personajes de Mundodisco y mandamos a Jose de corresponsal para que hiciese unas cuantas fotos.
Después fuimos a comer con un grupo de bloggers que son un amor: las dos chicas de Modus Leyendi (Sara era la organizadora del sarao), Infinite Books, S de Slytherin, Libros con Rach y Hey There Elena. Nos las encontramos a todas escribiendo para nuestro concurso de microrrelatos en tiques y servilletas.
Tuvimos más conversaciones literarias de vuelta a la carpa y aproveché para escaparme y ver con ellas la presentación de Iria y Selene, autoras de Alianzas. Cuentos de la luna llena, el libro que presentaron.
También nos hablaron de su próximo libro, Sueños de piedra, que saldrá en septiembre.
Y por fin llegó el momento de conocer a los ganadores de los dos concursos. La ganadora de la taza decorada a mano “Leer es mi superpoder” fue Laura Parker, que mandó a una amiga a recogerla en su nombre, así que no hicimos foto.
El segundo premio, dos superhéroes de Hama Beads a elegir, fue para Susana Bielsa, que lo compartió amablemente con sus amigas.
Por último, el ganador del concurso de microrrelatos fue Unai Rodríguez:
Se sumergió en aquellas historias ficticias para condimentar con alas de papel los disparos de su vida rota.
Y nos tocó salir corriendo cuando vimos pasar por delante del stand a Javier Olivares y Marc Vigil, showrunner y director de El ministerio del tiempo.
Luego fuimos a su charla, aprovechando que ya estaba todo el pescado vendido. La verdad es que somos muy ministéricos, así que la disfrutamos muchísimo.
Como era el último día nos despedimos de todos los asistentes que pudimos y vaciamos el stand.
Nuestra valoración
Como veis, aprovechamos las charlas y presentaciones del festival más bien poco, pero conocimos a muchísimos escritores y bloggers. Sebas G. Mouret (El coleccionista de mundos) se hizo una foto con nuestra pluma naranja, y tanto él como Javier Ruescas, Fa Orozco (Las palabras de Fa), Iria y Selene escogieron bando con nuestros marcapáginas.
También nos llevamos como obsequio los libros de nuestro compañero Jorge Campos, que pronto tendréis sorpresas al respecto.
La mayor pega que le encontramos al festival fue la organización previa al evento. Tardamos dos meses en conseguir una confirmación sobre si tendríamos stand o no. Y hasta la última semana no se publicó el programa y descubrimos que no íbamos a dar talleres. Entendemos que organizar un festival de tal calibre debe ser una locura, pero no saber si vamos a poder ir o no hasta un mes antes fue un poco agobiante por el tema de coger hotel, organizar el viaje, etc.
Pero una vez allí, la gente fue muy amable. Las personas de la organización se preocuparon muchisimo por nosotros, preguntando si todo estaba bien, si repetiríamos…
¡Y por supuesto que repetiremos! Es más, se lo recomiendo a todos los apasionados de la literatura. Es un festival que se debe vivir. Por su ambiente, por la gente que se conoce, por todo lo que se aprende…
Y sé que os lo estáis preguntando: ¿quién ganó, fantasía o ciencia ficción?
Fantasía, pero negaré haberlo admitido.