Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti).
¿El tiempo es flexible, rígido? ¿Es una mera invención del ser humano o algo que nos transciende? ¿Existe alguna forma de verbalizarlo o tan siquiera acercarse a hacerlo?
El tiempo en una palabra trata precisamente de buscar, a través de la experiencia irreal de sus muchos personajes, algunas de las infinitas formas que nos brinda el tiempo y la palabra que las aúna y les da sentido.
Realizamos el sorteo de un ejemplar desde el lunes 17 de julio hasta el lunes 24 de julio en nuestra página de Facebook.
Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.
Empezaremos con una breve sinopsis:
¿Qué es el tiempo? ¿Cómo puedo definir el tiempo con una única palabra? Me gustaría presentar diez historias sin aparente relación entre ellas, pero en las que este concepto juega un papel fundamental. Un instante, un ligero destello, un parpadeo de unos ojos inquietos, diez segundos antes o toda una eternidad después, el tiempo mide nuestros actos y los convierte en únicos.
Bienvenidos a un universo crudo, implacable, oscuro y amenazador donde no todo tiene por qué ser lo que parece y las emociones humanas se mezclan con gotas de un horizonte crepuscular. No existen los finales felices. Aunque nunca se sabe, quizás el tiempo acabe curándolo todo
Juan Francisco Escudero Sánchez nació en Madrid y se dedica a la Informática, pero además tiene alma de contador de historias. En el año 2005 publicó su primer libro, dedicado a su ídolo Drazen Petrovic, pero fue la lectura de Hércules Poirot la que le ha llevado a la novela negra y a la creación de personajes de ficción. Después de El secreto de la mansión Flint, se lanza con su segundo paso en la ficción: El tiempo en una palabra.
Los pros
Descripciones cuidadosamente detalladas
El autor se detiene tanto en las descripciones como en las reflexiones de los personajes, relatando con detalle cada elemento. Esto ofrece mucha profundidad a las diferentes escenas, algo muy importante en novelas de género de misterio y ciencia, en las que debe primar precisamente la observación exhaustiva.
Salimos del edificio de oficiales y nos dirigimos hacia la izquierda. Recorrimos un camino muy baqueteado hasta llegar a una especie de almacén, al que llamaban curiosamente “el hangar”. Ya adentro, vi por primera vez un lancaster real, y no las máquinas simuladoras a las que estaba acostumbrado. No me impresionó demasiado en un primer momento, he de decir, y las figuras dibujadas en el fuselaje me parecieron incluso un punto ridículas. No sé qué tenían de gracioso una especie de cuervo fumando un puro, y en el lado contrario un puño metálico amenazante de gran tamaño. Me quedé mirando como ensimismado”. Página 29.
Interesantes puntos de vista
Aun tratándose de relatos cortos, cada uno de ellos encierra un gran peso argumental en sí mismo, con tramas elaboradas y personajes muy bien construidos. Los relatos tratan el mismo tema, una y otra vez, pero desde puntos de vista muy diferentes, lo que aporta una riqueza absoluta al cometido final del libro: encontrar una palabra que defina el tiempo.
El autor nos hace un repaso completo a través de la memoria, las decisiones, el conocido efecto mariposa, la libertad o la música, entre otros, aunque finalmente deja un poso muy claro en el que la palabra “esperanza” parece que es la clave de todo.
La estructura es circular. Empieza en silencio y termina de la misma forma. Tal y como explica su autor en el prólogo, se trata de:
[…] un flash en la mente de un perdedor, un ejemplo de alguien que se siente profundamente insatisfecho con lo que ha vivido y quiere abandonar un mundo al que ya no cree pertenecer”. Página 11.
Sin embargo, al final del círculo nos damos cuenta de que se trata en realidad de un camino con principio y final, exactamente igual que el transcurso de la vida y del tiempo.
Los contras
Leves errores de formato
Los comienzos de cada nueva escena se realizan con una línea continua. En su lugar, suele hacerse un doble espaciado o en su defecto utilizarse tres asteriscos. Además comienzan con sangría, también de forma incorrecta.
También están mal indicadas las referencias a las notas a pie de página. No utiliza un superíndice en la parte superior derecha, sino un número en formato normal, como ocurre por ejemplo en la página 151.
“—Yo brindo por los ooparts1”, que debería ser “ooparts1”.
Algunas irregularidades en la utilización de los tiempos verbales
Aunque ocurre solo en contadas ocasiones, es cierto que se perciben algunos tiempos verbales que no son los más adecuados. Como es el caso del ejemplo siguiente:
—Después de un proceso neurológico como este se suelen producir este tipo de reacciones, aunque sabemos que este en particular no tiene demasiado de corriente y no existe una amplia documentación al respecto. El corazón parecería que se afana por demostrar que aún puede funcionar a tope de revoluciones, en ocasiones demasiadas”. Página 103
El condicional “parecería” utilizado en este caso no es el modo verbal más correcto. Debería utilizarse “parece”, haciendo alusión al presente al que se refiere.
Mi PoV
El tiempo en una palabra me ha gustado mucho. Es una lectura heterogénea y entretenida que esconde un mensaje con mucho sentido.
Se percibe además una gran evolución desde la anterior novela de Juan Francisco Escudero. De El secreto de la mansión Flint también realizamos una crítica creativa hace aproximadamente un año. En El tiempo en una palabra existe una mayor madurez literaria y un característico cuidado de los detalles y de la redacción.
En general, me ha parecido muy interesante su fondo y tiene una forma prácticamente impecable. Es muy interesante, además, la manera de enlazar los diez relatos. Aunque no muestran ninguna relación aparente entre ellos, llevan el tiempo escrito entre sus líneas.
Nuestra pregunta
¿Creéis que un autor puede escribir más allá de su propia experiencia o está condicionado a sus propias vivencias?
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