Los correctores automáticos nos han librado en más de una ocasión de los bien llamados patinazos ortográficos. Echarles la culpa es una buena forma de salvar nuestras carencias en un momento dado. Eso se ha convertido ya en todo un clásico al que hay que añadir las prisas con las que nos movemos diariamente.

Estamos de acuerdo en que estos dos factores no nos hacen ningún favor, pero la realidad es que los fallos de ortografía están ahí por todas partes. Su razón reside en el puro desconocimiento y algunos de tanto repetirse hemos terminado interiorizado como correctos.

No pretendemos sonrojar a nadie, pero por el bien de nuestra vista (y también corazón) no estaría de más hacer un repaso de algunas de los errores ortográficos más comunes en las que caemos con frecuencia. No pasemos más angustias con textos repletos de gazapos. Escribir bien importa mucho más de lo que creemos.

La duda existencial: con o sin tilde

Con las tildes no tenemos término medio. Pecamos tanto de su falta como por exceso. En unos casos las olvidamos por comodidad o también rapidez de uso. En otras, las ponemos indistintamente como si se tratase de una lotería. Hay que decir que aquí el empleo del móvil y las redes sociales no nos han ayudado demasiado.

 

1. Cómo, como

Solemos olvidar las tildes en los pronombres exclamativos e interrogativos y esto es una clara muestra de poco conocimiento o desinterés. No es lo mismo la pregunta ‘¿cómo te sientes?’ (pronombre interrogativo) que indicar una circunstancia: ‘como te decía, estoy cansado’ (adverbio relativo o conjunción). Una tilde puede variar todo el sentido de una sentencia.

 

2. Aún, aun

Tampoco es lo mismo la acentuación entre aún (con tilde) cuando es un adverbio que equivale y se puede sustituir por todavía (ella aún no había escrito) con respecto a aun (sin tilde). En esta última acepción se puede cambiar por incluso o ni siquiera (ella no escribió ni aun contestó al teléfono).

 

3. Tú, tu y mí, mi

El acento diacrítico en los monosílabos es una de las especialidades en la que más fallamos. Tenemos una gran cantidad de ejemplos que se convierten en habituales faltas de ortografía:

El pronombre personal (tú/mí) con el posesivo (tu/mi) que acompaña a un sustantivo.

  • Comprendí que tu olor me perseguiría hasta mi cama (determinante posesivo)
  • Cuando sientas lo mismo me entenderás (pronombre personal)
  • Mi juego se basaba en desaparecer cuando sentía cariño (determinante posesivo)
  • Aprende de y esfuérzate cada día (pronombre personal)

Esta tilde no es negociable en ningún caso porque permite diferenciar palabras con idéntica escritura, pero diferente significado. Y por lo que más queráis, no se os ocurra añadir en este saco tí (con tilde). Sencillamente, no existe.

 

El mundo desconocido de la coma

4. Coma entre sujeto y verbo

Llegados a este epígrafe me veo en la obligación de entonar mi propio mea culpa para reconocer una debilidad. Siento especial atracción por colocar comas en lugares prohibidos. Un buen ejemplo de ello es situarla entre el sujeto y el verbo de una oración, algo totalmente censurado. Hay contextos que pueden admitir ciertas posibilidades, pero por mucho que queramos hacer una pausa en este caso estamos ante uno de los errores ortográficos más evidentes:

  • El cantante, lidera la lista más vendida

Entre el sujeto y el predicado solo puede haber coma cuando dentro del sujeto haya una aclaración que, a su vez, debe ir entre comas:

  • Los chicos, que se esfuerzan mucho en su trabajo, deben cuidar su descanso diario

O cuando el sujeto es una enumeración que termina con etcétera (o etc.):

  • Las comas, los puntos, el punto y coma, etc., son fundamentales para entender un texto.

 

5. Coma tras pero

Otra acción de alto voltaje en la que jamás hay que usar comas es cuando tras un pero sigue una oración interrogativa o exclamativa:

  • Pero ¿qué has hecho?
  • Pero ¡qué bien estás!

 

6. Coma del vocativo

Y no podemos olvidar la coma del vocativo, que se utiliza para separar aquellas palabras que inducen a una llamada. Busca la atención directa de la persona:

  • Pablo habla más despacio
  • Pablo, habla más despacio

 

  • Camarero la cuenta
  • Camarero, la cuenta

 

7. La coma de la carta

La influencia del inglés nos deja también otro de los fallos ortográficos más habituales con la coma. Este error no es mortal de necesidad, pero puestos a ser correctos lo tenemos que mencionar. En los encabezamientos de los correos electrónicos, en comentarios de artículos de un blog o en una misma carta (de donde originariamente procede) después del saludo hay que escribir dos puntos y no una coma. Un saludo correcto tendría esta forma:

Hola, Rosa:

Muchas gracias por tu comentario.

Existen muchas más normas en el mundo de la coma. Y contamos con diversidad de tentaciones para colocarla indiscriminadamente. Antes de dejarlo todo en manos de la suerte, haced una pausa, pero solo a nivel mental (nada gráfico). Leed el texto y buscad su intención, coherencia y ritmo. En serio, ¿de verdad creéis que nadie se fija en las comas?

 

El peligro de ver mayúsculas en todas partes

Las letras mayúsculas lo inundan todo. Parece que los titulares de los periódicos o los eslóganes de publicidad tienen más relevancia si descartan la minúscula. Esto se ha convertido ya casi en una peligrosa enfermedad.

Por lo que atendiendo primero a nuestra salud y luego a la justicia ortográfica vamos a apuntar algunos ejemplos de fallos diarios evidentes. Toca combatir más errores mayúsculos con las mayúsculas.

 

8. Mayúsculas en los meses del año y días de la semana

Entiendo que la llegada del viernes o del mes de vacaciones puede ser tan esperada que en un momento dado pongamos la letra inicial en mayúscula. Siento deciros que, aunque tengáis una razón de peso (o personal), no habrá ningún motivo para que no uséis minúsculas. Solo se permite distinción en fechas históricas o nombres de festividades (Miércoles de Ceniza).

 

9. Mayúsculas en tratamientos y cargos de personas

Se escriben como regla general con inicial en minúscula. Sí es posible verlos escritos en mayúscula cuando se refiere a una persona concreta sin decir expresamente su nombre:

  • El Rey va a visitar Colombia la próxima semana.

 

10. Cuando hablamos de títulos

Tanto de películas, libros o lo que queramos solo llevan la mayúscula en su letra inicial. Tenemos que entender que esto no es extensivo para el comienzo de cada palabra, lo cual sería una falta de ortografía. Así tenemos El señor de los anillos y no El Señor de los Anillos.

Y como excepción a todo os dejo un caso de peligrosa ambigüedad: la palabra «internet». Esta ofrece la posibilidad de escribir su inicial tanto en mayúscula como en minúscula, además de hacer referencia al género masculino y femenino. Vamos, resulta toda una joya para aquel escritor con dudas.

 

Una vez que hemos hecho un repaso de lo más general por los principales errores ortográficos en los que más caemos espero que pronto hechéis de menos una nueva parte. Aunque mi más grande deseo es que hayáis distinguido y erradicado para siempre esta última diferencia. Sin duda, es uno de los errores que más duele.

Nuestra pregunta

¿Qué fallos ortográficos veis con más frecuencia en textos?

Author

30 años. Periodista y escritora de vocación. Cofundadora de La vida de color caoba, un espacio perfecto para que las letras e ilustraciones bailen en armonía. Escribir es una forma de vida, ver el mundo con detalle para poder enseñárselo a los demás.

11 Comments

  1. He padecido durante mucho tiempo de comitis aguda. Es decir ponerlas indistintamente donde se me ocurriera. Después caí en el otro extremo de no ponerlas donde eran necesarias. Apenas estoy aprendiendo a usarlas. Espero que tu texto me ayude a utilizarlas. Gracias por tu aportación. Me consuela saber que todos los escritores tienen fallas. No obstante busco la perfección.

    • Te sorprendería saber cuánto se aprende de los textos y las faltas de ortografía que vamos dejando atrás en el camino. Las comas son mi talón de Aquiles también, pero te aseguro que a fuerza de repetir y corregir se logra equilibrio en esa balanza.
      Gracias por tu aportación. Muy valiente por confesar lo que vivimos diariamente muchos escritores ?

  2. gabrieldartemius Reply

    Mi mayor error es el del pero xD No puedo resistirme a poner comas tras él cuando no toca (como con las exclamaciones y preguntas) y no ponerlas cuando toca (me queda la duda de si usarla en frases como “pero te dije que era hoy” y “pero las cosas no son así”, el pero es mi mayor enemigo).
    Espero que no se me note mucho en los manuscritos, la verdad xD

    • Tras tenerlo tan reconocido y ya casi interiorizado, seguro que lo terminas superando, ¡vivan los valientes!

  3. Mi gran duda es si poner una coma después de un verbo cuando se hace una aclaración en un dialogo. Pongo ejemplo
    –Hola –dije cansado.
    –Hola –dije, cansado.

    ¿Cuál sería la correcta?

    PD: ¡Genial artículo!

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