Coca-Cola o Pepsi. iOs o Android. Fantasía o ciencia ficción. Brújula o mapa.

La vida está llena de elecciones y los escritores tenemos que posicionarnos en el debate que divide a los literatos: «¿Planificas tus historias?». 

Brújula o mapa: ¿qué tipo de escritor eres?

¿Brújula o mapa?: las diferencias

Seguramente no es la primera vez que oyes estos términos. En 2004 Javier Marías expuso esta teoría en una conferencia que dio en Sevilla. Él dividió a los escritores de mapa, aquellos que planifican cada detalle de la novela, y los escritores de brújula, los que se dejan llevar por la improvisación. George R. R. Martin utiliza los términos “arquitecto” (mapa) y “jardinero” (brújula).

Ambas teorías alaban las virtudes de los brújulas, debido sobre todo a la espontaneidad y la emoción por descubrir qué sucederá. ¿Pero es realmente tan malo ser de mapa?

A continuación detallaremos los pros y contras habituales que tienen ambos tipos de escritores.

 

Escritor de brújula

Pros:

1. Tu imaginación dirige la historia y no sabes qué caminos tomará.

2. El resultado es un texto más original y sin limitaciones creativas, sin rigidez en su estructura.

3. Como escribes mediante impulsos, la narrativa desborda esa creatividad que nos trae la musa.

Contras:

4. Las incoherencias pueden pulular por tu escrito, ya que al no tomar apuntes es muy fácil no recordar todos los detalles.

5. Asimismo, la estructura no tendrá las proporciones adecuadas ni los conflictos estarán en los momentos necesarios.

6. Es muy fácil que, al no saber cómo continúa la historia, tengas un bloqueo de escritor.

7. El trabajo de reescritura y corrección será mayor por la falta de planificación.

 

Escritor de mapa

Pros:

1. Tienes planeados los detalles más importantes de la historia, así que una vez te sientes a escribir, lo harás con mayor fluideza y concentración. Es más difícil sufrir un bloqueo.

2. La estructura de tu novela está estudiada y cada conflicto ocurre en el momento que le corresponde. En general, será una historia más equilibrada.

3. Tus personajes tendrán muchos detalles de su trasfondo y resulta más fácil que sean coherentes.

Contras:

4. La obsesión por la planificación puede provocar que te documentes en exceso, incluso detalles minúsculos que no tienen importancia para la trama.

5. Puede que nunca te sientas listo para empezar a escribir y que prolongues hasta el infinito la fase de documentación y preparación.

6. Las historias suelen ser menos innovadoras porque está cada aspecto más controlado y hay menos improvisación.

7. Al no escribir por impulsos, es fácil que tu idea te aburra y que te apetezca escribir otro proyecto.

 

¿Qué es mejor?

Esta pregunta es muy recurrente, pero es muy difícil escoger qué tipo de escritor eres. Es cierto que puedes intentar planificar más si eres brújula o menos si eres mapa para encontrar un equilibrio entre tu tendencia y las virtudes de la otra opción.

En general, y esto es más personal, noto una tendencia a menospreciar a los escritores de mapa. Partimos de que Javier Marías dijo que no escribe con mapa porque es muy aburrido. Yo no lo creo. Para mí, la documentación y planificación es una etapa muy emocionante porque alimenta mis ganas de conocer sobre temas nuevos.

Creo que este prejuicio (al margen de gustos personales) nace de la falacia hartamente extendida de que un escritor solo es escritor si escribe gracias a la inspiración. En el momento en el que escribe porque debe y no porque quiere pierde ese halo de talento que tantos ensalzan.

Por eso considero que es importante entender que un escritor con talento que solo escribe por inspiración no llegará tan lejos como un escritor con perseverancia (no asociar “con talento” a brújula y “perseverancia” a mapa, nada más lejos).

El escritor perseverante puede empezar siendo mediocre (y consciente de ello), pero practicará hasta mejorar. En cambio, si crees que tienes un talento natural para escribir te esforzarás mucho menos. Al menos, es lo habitual. Os puedo decir que para nuestra editorial, la perseverancia del autor ha sido un factor decisivo para publicar porque sabíamos que con el aliciente correcto esa persona daría el 150 %. Y así ha sido.

Sí, hay muchos autores con talento natural publicados, pero la mayoría son flor de una noche. Abarrotan la lista de best-sellers durante unos meses y luego caen en el olvido.

Seas de un tipo o de otro, debes trabajar tus relatos y mejorar tus herramientas narrativas. La única clave para triunfar a largo plazo es practicar mucho, leer mucho y formarse. Sin trabajo, tu viaje acabará muy pronto, tengas mapa o brújula.

 

La solución

Ser brújula te ayuda a sacar adelante un proyecto, a no entrar en un bucle de escribir-corregir-escribir-corregir que te impide acabar una novela. Pero debes tener en cuenta que la corrección será mucho más dura.

Así que una buena solución es hacerte un esquema muy muy breve antes de ponerte a escribir para tener claros algunos puntos. De esa manera no estará encorsetado, pero sabrás hacia dónde tirar. El detalle más importante que deberías apuntar es el tema de tu historia.

Y ser mapa no es fácil. Para empezar tu carrera literaria no resulta la mejor opción, ya que necesitas acabar historias para darte a conocer. Para mí es el principal obstáculo; el exceso de documentación provoca que acabe enterrada entre infinidad de páginas de Wikipedia y no sea capaz de avanzar. Hace unos años terminé mi primer manuscrito gracias al NaNoWriMo. Desactivé mi parte más crítica y me centré en escribir sin revisar hasta que terminase el reto. Es cierto que me resultó muy “empachante”, pero al menos fui capaz de finalizar un proyecto.

Así que la mejor solución es lograr ser un autor híbrido (también llamado paisajista). Que sepa poner una pizca de brújula y otra pizca de mapa para lograr la receta del escritor ideal.

Brújula o mapa: ¿qué tipo de escritor eres?

Nuestra pregunta

¿Qué tipo de escritor te consideras?

Author

1990, Barcelona. Cofundadora de Literup. Licenciada en Periodismo, con un máster en Escritura Creativa. Editora en Literup Ediciones. Autora participante y editora de 'La isla del escritor'.

2 Comments

  1. En lo personal soy un poco de ambos, me gusta dejar libre la opción de crear mis historias, pero detallo lugares, fechas, personajes y puntos clave en esquemas y borradores para no perder la linea de mi historia y mantenerla coherente.

  2. Muy interesante tu artículo. Yo me considero de brújula absolutamente, aunque si que es cierto que previamente me anoto las ideas que me vienen, aunque sean algunos puntos, para tener un hilo conductor. Pero no defino en exceso personalidades en fichas previamente. Los diálogos me van naciendo y a medida que avanzo en los capítulos tienen una personalidad más conformada.
    Ahora mismo estoy escribiendo mi primera novela (hasta ahora sólo me había atrevido con cuentos y relatos) y mi impulso es dejarme llevar. Sé que la corrección será más ardua después, pero me gusta pensar que sólo soy un canal de una historia que quiere ser narrada y que eso sólo se consigue a través de dejarse fluir. Lo que si que es cierto es que también te enfrentas a la posibilidad de verte atrapado en tu propio libro (como la Historia Interminable de Michael Ende) en la que se nota que no hay una exhaustiva preparación pero si que hay una desbordante fantasía. Supongo que cada maestrillo tiene su librillo, y es cuestión de ensayo-error hasta dar con aquella metodología que te proporcione los mejores resultados.

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